Luis Sarrazín: Autoridades
Basta que la primera autoridad sea un ciudadano ejemplar para que los nombramientos de sus colaboradores sean óptimos
La pérfida y antipatriótica Constitución del 2008 dio origen a creaciones y regulaciones maléficas para ordenar el régimen administrativo-político de la nación.
Con ella se crearon organismos que debían estar conformados por ciudadanos de elevado nivel jerárquico, académico y moral, que no debían tener vínculos políticos o partidistas con las organizaciones existentes, de suerte que sus decisiones iban a ser totalmente limpias e independientes, orientadas siempre a proveer y ubicar a verdaderas personalidades a la cabeza de las principales instituciones.
Así nació el CPCCS que, descontando la actuación de honrosas excepciones conformadas por delegados serios y confiables, se ha convertido en algo que podría denominarse Ciudadanos Palanqueadores Causantes del Caos Social, quienes lejos de respaldarnos, nominan para los diferentes cargos a personas de baja calaña, vinculadas a grupos políticos o a intereses económicos o personales, que no responden a los requerimientos nacionales.
Basta que la primera autoridad sea un ciudadano ejemplar para que los nombramientos de sus colaboradores o autoridades sean óptimos, sin necesidad de estos organismos llenos de vicios y carentes de confiabilidad.
Reunidos con el presidente Jaime Roldós en su departamento, pasamos revista a una lista de ecuatorianos valiosos que debían ser ‘a prueba de bala’ para poder presentar las correspondientes ternas al parlamento, las cuales estuvieron encabezadas por Hugo Ordóñez Espinosa para contralor, Nicolás Parducci Sciacaluga para procurador y Edmundo Durán Díaz para fiscal general de la nación. Ellos nos acompañaron durante el gobierno 1979-1984 y su gestión fue altamente profesional, impoluta y en extremo valiosa y patriótica.
Salvando la democracia que promueve la participación popular, debemos introducir una verdadera instrucción cívica a nivel escolar para formar ciudadanos patriotas y con fervientes deseos de cambiar nuestro accionar, orientándolo hacia el logro de un verdadero desarrollo y progreso nacional. ¡Luchemos por la desaparición del CPCCS!
Y sigo andando…