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Luis Sarrazín: Nada cambió

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Conocemos que el número de legisladores aumentará en las próximas elecciones. ¿Será posible que gracias a ellas nos castiguen con más miserables?

No faltaron aquellos que aseguraban que la renovación de la Asamblea era positiva, que los nuevos asambleístas tendrían presente la pésima calificación que obtuvieron y que su actitud cambiaría para recuperar su prestigio y solvencia.

Yo les mencionaba que el trío de miserables ibéricos que redactaron la malévola Constitución de Montecristi de 2008 ayudaron a la gestación de una serie de mal llamados políticos que, refugiados en ella, desmembraron leyes, resoluciones, reglamentos y adoptaron conductas egoístas y personales para convertirse en engendros androides, carentes de honor, dignidad, respeto; para quienes el patriotismo no tenía significado alguno y el servicio a la patria era un concepto lírico e inexistente que estaba supeditado a sus consignas, credos e intereses personales o grupales, que se convertirían en el ‘primum movens’ de su quehacer parlamentario.

Inútil la magnífica intervención del jefe del Comando Conjunto de nuestras Fuerzas Armadas, que se tomó el trabajo de explicarles la delicada situación del país en materia de seguridad, y al mismo tiempo invocó el patriotismo colectivo de los legisladores, con la esperanza de que aprobarían la creación del IVA para poder dar una cierta liquidez al Gobierno, con el fin de apoyar las acciones en favor de la seguridad, prioridad indiscutible en los momentos actuales.

Saltaron los bípedos antipatria, haciendo gala de su indiferencia y frialdad ante los requerimientos de un gobierno que, con tesón, energía y el mejor de los empeños, trata de sacarnos de este hoyo profundo en el que nos han hundido el narcotráfico y la narcoguerrilla.

Muchos amnésicos legisladores ganaron sus curules gracias a la simpatía y confianza de sus electores y una vez sentados en ellos, salvo honrosas excepciones, ponen según sus conveniencias, apetitos o consignas, el dedo en la tecla que más les conviene, traicionando las esperanzas de quienes los eligieron. Conocemos que el número de legisladores aumentará en las próximas elecciones. ¿Será posible que gracias a ellas nos castiguen con más miserables?

Y sigo andando…