Luis Sarrazín: Caos educativo

La ministra de gestión mediocre y negativa no tiene toda la culpa, ya que esta recae sobre la autoridad nominadora
Tremendamente impactado quedé al leer un acuerdo ministerial, expresión de lo absurdo e inadmisible, en cuyo texto constan inscriptas grandes aberraciones, convirtiéndolo en el más grande barbarismo administrativo.
Esta torta mal elaborada, hecha con ingredientes imposibles de digerir, nos fue entregada por un Ministerio de Educación mediocre, carente de iniciativas, retrógrado, inductor de filosofías inaceptables, que termina ofreciéndola con un acuerdo abominable, cual cereza de adorno.
Ser ministro implica una gran responsabilidad y como decía el Dr. Osvaldo Hurtado, hay que revisar un acuerdo antes de promulgarlo, ya que jamás debe ser derogado por fallas en el mismo.
Durante mi gestión tuve un asesor jurídico de lujo, el abogado Xavier Flores Marín, al que no se le pasaba una coma y cuya versación y meticulosidad fueron en extremo valiosas.
El texto del mamotreto recién presentado por el Ministerio de Educación ofende a quienes conocen del tema, al ser un documento administrativo inadmisible.
No puedo detallarlo en su totalidad, pero dentro de las aberraciones que señala como que no son faltas están: el usar el uniforme en forma diferente a lo establecido en cada institución educativa; expresiones afectivas entre pares con consentimiento; inasistencia injustificada a clases; gritos, música o juegos que generen ruido en cualquier espacio de aprendizaje; usar dispositivos electrónicos sin permiso de docentes; cometer actos de violencia de hecho y palabra contra cualquier miembro de la comunidad educativa; tener contacto físico sexual con otro miembro de la comunidad educativa como resultado de un accidente -viva el sexo libre-; rayar, escribir, dibujar sobre escritorios, puertas o paredes de la institución educativas frases no violentas o amenazantes- escuela de grafitis- etc., etc.
La ministra de gestión mediocre y negativa no tiene toda la culpa, ya que esta recae sobre la autoridad nominadora, que en tantos años de campaña no supo o no quiso seleccionar un personal verdaderamente capacitado para integrar su gabinete.
Y sigo andando…