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Luis Sarrazín Dávila | Los BABU

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La única explicación de la catástrofe del IESS se debería a la existencia de una casta de funcionarios en todos los niveles

Instituciones sólidamente estructuradas, con el transcurso de los tiempos, lejos de progresar han involucionado, hasta llegar a un estado crítico. Una de ellas es el IESS, cuyas siglas tienen múltiples significados, tales como Inútil Esperar Ser Servido o Inútil Enfermarse Solo Sepelios, etc.

Mi padre, poseedor de un seguro médico internacional, al tener un quebranto cardíaco decidió no viajar y hacerse tratar en el Departamento de Cardiología del hospital Teodoro Maldonado Carbo, cuyo jefe era el Dr. Lelio Alvarado Villavicencio. Luego de una atención altamente profesional fue dado de alta. Mi padre envió una carta de agradecimiento, calificando el servicio recibido de “excepcional”

El hospital Teodoro Maldonado Carbo debió ser un centro de referencia médica del Pacífico; mas, debido a su pésima organización, se convirtió en la cueva de Alí Babá, refugio de boas, ratas y agencia matrimonial de agónicos.

La única explicación de la catástrofe del IESS se debería a la existencia de una casta de funcionarios ubicados en todos los niveles, que, por su comportamiento, parecerían ser híbridos entre barracuda y buitre, conocidos como los ‘BABU’, que, amparados por funcionarios anquilosados por lustros en puestos directivos, construyeron una tela de araña, por la que se desplazaron a sus anchas haciendo sus fechorías.

Un jefe de los BABU hacía nombramientos y cancelaciones a su gusto, así como instrumentaba contratos, compras de insumos y medicamentos con sobreprecio, disfrutando de canonjías desde su trono al igual que ‘Jabba el Hutt’. Los BABU, felices en el IESS, que para ellos significa Imposible Estar Sin Succionar, cobran puntualmente, tienen sus tres comidas, la siesta a veces y les importa un carajo las penurias de los prestadores que hacen lo que ellos deberían hacer y atienden los problemas en salud que muy orondamente dejaron de atender, succionando a tiempo completo lo que pueden, haciendo gala de una gula macabra. Para esta institución miserable y estafadora, con deudas a prestadores de hasta 20 meses, el IESS les asigna: Imbéciles Esperen Silenciosamente Sentados.

Y sigo andando…