Luis Sarrazín | Engañados
Lo más preocupante es que una vez que triunfó el candidato, nuestro proyecto de salud quedó tirado
Una sensación especial, y particularmente amarga, le queda a una persona al sentirse engañada por alguien en quien directa o indirectamente confiaba; tan es así que me permitiré relatarles una experiencia desagradable en la que estuvimos inmersos.
Durante el período pre-electoral, el Director Ejecutivo de una Asociación Médica convocó a un grupo selecto de profesionales para manifestarles que la madre del candidato a presidente, Daniel Noboa, deseaba que se elaborase un plan para ser aplicado en Salud y con esas bases, reivindicar a tan importante sector.
Durante tres meses, y divididos en grupos, trabajamos entusiastamente y completamos lo solicitado, llamándonos la atención que ni siquiera por cortesía, la madre del candidato concurrió a recibir el plan elaborado.
Lo más preocupante es que una vez que triunfó el candidato, nuestro proyecto de salud quedó tirado en algún cajón de desechos y nada de lo que sugerimos ha sido puesto en vigencia.
Todos sabemos que el problema básico del país es de tipo estructural y observamos como el Ministerio de Salud continúa con esa organización obsoleta, anti funcional y absurda, manteniendo la división del Ecuador en “áreas de salud”, carente de toda lógica, en lugar de organizarse en 24 direcciones provinciales como es racional y procedente y ha despreciado todo el resto de sugerencias aportadas, sobre todo en materia de provisión de medicamentos.
Por otra parte, otro grupo de expertos elaboramos a pedido de Borrero, el Proyecto de Rehabilitación del Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical “Leopoldo Izquieta Pérez” y con la esperanza de que fuera tomado en cuenta, por intermedio de un dilecto y apreciado amigo, fue puesto personalmente en manos de la Ministra de Gobierno, del Ministro de Salud y del propio presidente Noboa, quien al recibirlo dijo que lo leería de inmediato.
Los políticos en campaña claman, vociferan y prometen de todo y una vez en el poder atienden sus deseos personales, grupales y partidistas, pateando el resto de contribuciones sanas y patrióticas. Y seguimos votando por ellos.
Y sigo andando…