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Luis Sarrazín: El gallo pelón

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Canceladas sus obligaciones, cerrará su unidad y suspenderá las atenciones al IESS por falta de capital

Claman los prestadores impagos, algunos hasta por 20 meses por concepto de atención a los pacientes del IESS, cuyos directivos, impávidamente, los ven desfilar haciendo marchas y plantones, mendigando lo que en justicia les corresponde.

El presidente del Directorio, sin razón ni conocimiento alguno, mencionó que iba a redistribuir a los médicos tratantes para hacerlos trabajar por turnos los fines de semana para mejorar la oferta de atenciones y eliminar así a la “mafia de prestadores” que venían “lucrándose” de la institución. Declaración absurda, al haber sido el IESS quien dio origen a los prestadores por su incompetencia.

Resulta increíble, sin duda por su inexperiencia, que no se haya dado cuenta de que el problema es estructural y que para mejorar las prestaciones del IESS para con sus derechohabientes, se requiere una reingeniería de sus unidades de atención, una modernización de sus equipos, el ingreso de especialistas calificados, reestructuración de la carrera médica hospitalaria, desaparición de los ‘gerentes’ a cargo de las unidades y que deberán ser reemplazados por directores médicos, con cargos adjudicados por concurso, para evitar la presencia de ciertas ratas bípedas que compiten con las de cuatro patas que se pasean por los hospitales.

Es tan trágica la situación de los proveedores a quienes el presidente del Consejo Superior miserablemente llama “mafiosos”, que, reuniéndome con ellos, me enteré del caso de la dueña de una pequeña unidad médica a quien el IESS le adeuda 15 meses y que para poder ir solventando sus obligaciones vendió un pequeño departamento en Guayaquil y ahora está vendiendo su casa, para terminar de pagar sus deudas a proveedores de insumos médicos y de laboratorio, medicamentos, pago del personal médico y paramédico que labora en la unidad y las obligaciones administrativas varias.

Canceladas sus obligaciones, cerrará su unidad y suspenderá las atenciones al IESS por falta de capital para continuar sustentándolas; y pese a ser una profesional competente, vivirá con su hija y su familia hasta el fin de su existencia.

Y sigo andando…