¡Basta ya!

Los gobernantes de turno, en pleno disfrute de las delicias del poder y mirando de lejos a los ciudadanos -sus mandantes- olvidan frecuentemente sus requerimientos y necesidades y si bien a veces realizan obras en su beneficio, con gran frecuencia desoyen sus clamores, que apenas llegan hasta la torre de marfil donde se encuentran, desde donde son mirados con gran frialdad e indiferencia y a veces hasta con desprecio por venir de sectores donde predomina la plebe.

Nadie podrá manifestar que “no pasa nada” ante la ola de violencia desatada en toda la nación, dada la presencia de asaltantes, bandoleros, estruchantes, sicarios, vendedores de drogas, asesinos inclementes, extorsionadores, vacunadores, etc.

Ante esta horrenda realidad, los ciudadanos comunes estamos en plena indefensión, siendo más grave la pasividad e indiferencia absolutas de quienes se encuentran en el poder.

Frente a esta variedad de antisociales, el Gobierno se niega a actuar con firmeza invocando los llamados ‘derechos humanos’, derechos inexistentes en esa calaña, que sale de sus casas únicamente pensando en robar, asaltar, vacunar o asesinar, como si se tratasen de actividades normales. Señor presidente: ¡ellos carecen de derechos!

Sepa usted que nosotros tenemos razón y derecho de protegernos de este tipo de ataques aleves, toda vez que el arma que portemos la llevaremos no para atacar o matar a alguien, sino únicamente para defendernos, ante la incapacidad e impotencia de su gobierno para brindarnos la protección a la que tenemos derecho.

Nuestra única aspiración es la de poder gozar de una vida sana, tranquila y terminar nuestra existencia en paz y no a consecuencia de un balazo en el cráneo que nos lleve a un estado vegetativo y a estar atado a un respirador por meses o años.

Portando un arma defenderemos la vida y cuidaremos nuestras propiedades y usted, como hombre de bien, debe reconocer la incapacidad de su gobierno para protegernos y velar por nuestra seguridad.

¡Los ecuatorianos exigimos la opción de poder ripostar adecuada y oportunamente un ataque armado!

Y sigo andando…