Enmienda
Desafortunadamente, contemplamos la conformación de grupos cobijados por una bandería política determinada, especializados en causar desorden
Iluso fui al pensar que el contenido de mi último editorial podía convencer a los asambleístas y provocar en ellos un cambio de comportamiento y así lograr estructurar un equipo selecto de legisladores que, imbuidos de un sentimiento colectivo de responsabilidad y civismo, se aglutinarían para emplear todo sus conocimientos y capacidad creativa en producir documentos, leyes verdaderamente consensuadas para comenzar el cambio que requiere el Ecuador, con miras a implantar un régimen político administrativo racional, constructivo y profundamente identificado con las exigencias nacionales.
Desafortunadamente, contemplamos la conformación de grupos cobijados por una bandería política determinada, especializados en causar desordeny en anteponer sus aspiraciones personales, sectarias o sus ambiciones de dinero y poder, con el ánimo de apoderarse de todo lo posible y así traficar impunemente influencias, distribuir canonjías y saciar apetitos moderados o descomunales que los distingan y promuevan cual engendros de gran popularidad y expectativas. La política bien entendida es difícil de ejercer, ya que las circunstancias la vuelven plastilínica, moldeándose fácilmente al predominar una voracidad atroz que no respeta filosofías o credos y transforma a ciertos líderes del pasado, convirtiéndolos muchas veces en socios de lo execrable y putrefacto, donde se hermanan sin el menor escrúpulo los enemigos de ayer, para beneficio del combo.
Algunos asambleístas, quitándose las caretas de buenos ciudadanos, deben gritar a los 4 vientos: ¡Somos crápulas y queremos sacar a Guadalupe para apoderarnos de la Asamblea y de esta manera, junto a los malvados y opositores de turno, atacar al presidente Lasso, a quien odiamos, para inutilizarlo, apoderarnos de las funciones del Estado, tales como la Contraloría, la Procuraduría, la Función Judicial, el Cpccs y la Fiscalía, para de esta manera lograr la revisión de las penas y sentencias en contra de Alí Babá y sus huestes, y así lograr la consolidación de una nueva narcorepública, donde puedan actuar y disfrutar a sus anchas.
Y sigo andando...