Mendrugos
La incompetencia del IESS para solucionar los problemas de salud de los afiliados debido a su degradación administrativa y a la entronización de mafias que contaminaron casi todos los niveles de la institución, obligó a los prestadores a dar atención a alrededor de seis millones de pacientes al año.
En mi editorial Abuso, expresé mi preocupación y queja ante la pasividad del Gobierno frente al cumplimiento de las obligaciones respecto a la deuda que arrastra para con los prestadores externos de servicios de salud al IESS, originando una gravísima iliquidez que los amenaza con la quiebra, debiendo reflexionarse acerca de que ellos, en un acto de solidaridad, ofrecieron una atención médica adecuada y oportuna, sin haber recibido, hasta ahora, el reembolso correspondiente por concepto de pago por sus servicios.
La incompetencia del IESS para solucionar los problemas de salud de los afiliados debido a su degradación administrativa y a la entronización de mafias que contaminaron casi todos los niveles de la institución, obligó a los prestadores a dar atención a alrededor de seis millones de pacientes al año, incluyendo a cerca de cuatrocientos mil ciudadanos víctimas de padecimientos crónicos que generan un permanente gasto que no puede ser soslayado.
La indolencia es tal que este crónico deudor no se ha detenido a pensar en las plazas de empleo directo e indirecto que se encuentran al servicio de los afiliados, así como en las obligaciones, tanto patronales como tributarias, que los prestadores deben honrar de manera obligatoria, que han comprometido gravemente y de manera agresiva su liquidez que por todo lo expuesto está casi extinguida.
Para poder cumplir con sus obligaciones existenciales y con esa demanda casi desproporcionada, han debido hacer inversiones para modificar sus infraestructuras, regenerar y modernizar su equipamiento e incrementar personal adecuadamente capacitado para garantizar la calidad de los servicios ofertados.
La deuda del IESS hacia los prestadores de salud asciende a los momentos actuales a cerca de ciento cuarenta millones de dólares y el no pago pone en situación de riesgo a las empresas prestadoras de servicios de salud, algunas de las cuales han quebrado ya o están al borde del despeñadero.
Quienes han servido al IESS, no están dispuestos a recibir más mendrugos, exigen con el derecho que les asiste, el pago de lo que se les adeuda.
Y sigo andando…