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Luis Villacrés: Países exitosos

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El Ecuador requiere una profunda reforma, si quiere ser un país viable 

Tenemos casos evidentes de países que son más exitosos que otros. Con mejores indicadores económicos e índices de bienestar, renta per cápita o mayor empleo para los jóvenes y población económicamente activa. Otros que demuestran limitaciones o dificultades evidentes para prosperar.

El Ecuador de hoy está en recesión, en el grupo de países que no son envidia de otros. Se reporta migración voluntaria o del número de personas que se arriesgan a atravesar el temido paso del Darién, entre Colombia y Panamá, poniendo en peligro su integridad física y sufriendo mil dificultades en el largo periplo para llegar al Río Grande, puerta de entrada a los Estados Unidos, sin importarles las dificultades y peligros, con el afán de ingresar ilegalmente a ese país, buscando un trabajo u ocupación que en nuestro país, lamentablemente, no pueden conseguir.

Está demostrado que no se trata de la localización geográfica, ni de los recursos con que cuentan los países, lo que los hace más o menos exitosos. Ya Humboldt, a principios del siglo XIX, refiriéndose a nuestros compatriotas dijo: “son seres raros y únicos, duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”.

Lo que diferencia y determina los mayores logros de cada país o su prosperidad son las políticas económicas, la seguridad jurídica, y la estabilidad y funcionamiento de sus instituciones, que favorecen un mayor o menor progreso. En definitiva, es el gobierno, la conducción de los países, lo acertado de sus políticas económicas, la seguridad institucional, jurídica que ofrecen a sus agentes económicos, a los inversionistas o proveedores de capitales, a quienes estén dispuestos a arriesgar sus capitales para conseguir su desarrollo.

De no existir condiciones favorables, nadie querrá invertir en un país que está destinado a fracasar, sea porque sus políticas, su manejo, su diseño legal o su funcionamiento están contaminados por corrupción en todos sus estamentos de poder y/o administración de justicia. El Ecuador requiere una profunda reforma, si quiere ser un país viable y ofrecer mejores oportunidades a sus habitantes.