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¡En la JBG, noche de amor y entrega!

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¡Bravo Junta de Beneficencia de Guayaquil! No todo es malo en nuestro amado puerto

Teniendo como telón de fondo un atardecer guayaquileño particularmente hermoso, una capilla donde late el corazón espiritual del Hospital Vernaza, de la Junta de Beneficencia, y rodeados de pabellones de distintas especialidades, el miércoles 26 de octubre los directivos y miembros de la Junta vivimos un momento sobrecogedor al homenajear al personal médico y paramédico por su entrega durante la pandemia de COVID-19.

Estamos hablando de la vida y de la muerte de pacientes y personal; de sus temores, dolores y pérdidas; de sus esperanzas, felicidad y emoción cuando había recuperación.

Expresa con sencillez y profundidad la escritora Susan Sontag: “La compasión es una emoción inestable. Necesita traducirse en acciones o se marchita”.

La Junta de Beneficencia desde 1888 actúa, actúa, actúa. Refleja la solidaridad y siempre va escribiendo nuevas páginas de logros y hasta de heroísmo para los que más necesitan.

¿Cuántos visionarios, cuántos directivos, cuántos médicos y paramédicos, estudiantes de Medicina, pacientes y familiares, habrán pasado por sus humanitarios corredores, habrán estado afuera de sus salas de espera, de emergencia, de cirugías con sus oraciones y corazones latiendo ferozmente? Miles de miles. Pero la solidaridad, la compasión y la vida deben seguir adelante.

Gracias a nuestros excepcionales líderes, Juan X. Cordovez, monseñor Antonio Arregui, Iván Baquerizo, José Ribas, Danilo Carrera, Ramón Barredo y todos mis apreciados compañeros que escribimos con nuestra presencia, sentimientos y renovado compromiso, otra página más de la historia de esta nobilísima organización. Pero además hay grandes sueños, convirtiéndose en realidades de extensiones nacionales e incorporación de servicios educativos de alta calidad.

¡Bravo Junta de Beneficencia de Guayaquil! No todo es malo en nuestro amado puerto.