Joe Biden, el nuevo presidente
Biden asume ese reto, desinfectar los espacios a los que Trump les metió la mano con ese populismo y no descuidar sus espaldas.
Escribo desde el círculo de atención -en el que seguramente estuvo la mayoría de los ciudadanos del mundo- que convocaba mirar la posesión de Joe Biden y Kamala Harris, como presidente y vicepresidente de esa tan cercana nación para nosotros y para buena parte del planeta.
Por otro lado, se fue Trump, quien hasta el último momento despreció las bases de la democracia, ausentándose, infantil y arrogante como siempre, del momento que incomoda a su ego, el momento de recibir el “no” a su liderazgo. ¿Cuánto mintió? ¿Cuánta indiferencia frente a la pandemia? Y lo que creo más grave: deja la multiplicación del racismo y el haber despertado una visión social sobre una falsa superioridad racial, además del intento de tomarse las instituciones, como lo hizo días atrás en el Capitolio. Populismo con receta, al igual que cuando Lucio se tomó la ex Corte Suprema, Chávez a su Legislativo y jueces, y Maduro al repetir el guion. Al igual que Correa, que asaltó todo. Estos sujetos y Trump solo se diferencian por el color de cabello, ya que en lo demás se asemejan; en la tarea perversa de sembrar fundamentalismo destructor, pues sin duda, lo que han logrado es una división basada en el odio, deshumanizando al otro, provocando un contexto donde solo gana la guerra, que es donde morimos todos.
Biden asume ese reto, desinfectar los espacios a los que Trump les metió la mano con ese populismo y no descuidar sus espaldas.
Ha prometido detener el muro con México, volver a la OMS, vacunación general para todos, levantar restricciones a musulmanes, y en su discurso inaugural ha prometido trabajar desde la verdad, desde un amor sanador para dar por terminada una guerra civil.
Recibimos como habitantes de este mismo continente americano, pues americanos somos todos, de norte a sur, ese empeño en las promesas. Creemos que este cambio del mundo, el fin e inicio de una nueva era planetaria, es una oportunidad para líderes mundiales de marcar un futuro que garantice una nueva era de paz universal en medio de la diversidad.