‘We will always love you!’
La UE inevitablemente tendrá menos peso en el mundo, pero seguimos doblemente comprometidos.
“Les amaremos por siempre y nunca estaremos lejos”, dijo la Sra. Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, citando a la famosa poeta británica George Eliot, cuando intervino en la sesión de despedida de los parlamentarios británicos del Parlamento Europeo esta semana. Los presentes se dieron la mano cantando ‘Auld Lang Syne’, una canción escocesa tradicional que recuerda ‘los buenos tiempos’. Efectiva e infelizmente, tras 47 años, el Reino Unido (RU) salió de la Unión Europea (UE) a la medianoche del 31 de enero. Por parte de la UE, lo lamentamos, pero respetamos la decisión del pueblo británico.
No ha sido fácil dar seguimiento al voto brexit de una mayoría pequeña del pueblo británico (52 % votó a favor de esta salida durante una consulta popular que tuvo lugar el 23 de junio 2016). Más bien, ha sido un proceso largo y bastante doloroso, sobre todo en el RU mismo. Mientras que para los 27 países que se quedan en la UE, estos años - sin ninguna duda - han fortalecido nuestra valoración de lo que compartimos en la Unión.
Pero a las puertas de este nuevo escenario, ¿qué es exactamente lo que nos espera a partir del 1 de febrero? Gracias a los esfuerzos de ambas partes, la salida se va a dar de una manera ordenada. Entraremos en un periodo de transición de 9 meses, durante el cual nada cambiará todavía para los ciudadanos, los empresarios, los estudiantes… La legislación europea y los tratados de la UE seguirán aplicándose hasta el final del periodo de transición.
Pero, lo que sí cambió es que RU ya no puede participar en la toma de decisiones de la UE y ya no estará presente en sus instituciones, sus agencias, organismos y oficinas. La idea es que durante estos 9 meses de transición construiremos nuestra relación futura: aspiramos a establecer una ‘asociación ambiciosa, amplia, profunda y flexible’, y eso en varios ámbitos, en especial en cuanto a nuestro comercio y cooperación económica (negociaremos un acuerdo comercial), nuestra política exterior, política de defensa, entre otros temas.
Sabemos que se trata de un tiempo corto teniendo en cuenta lo que tardó la negociación de la salida pero la determinación está; y si en los próximos meses llegamos a la conclusión de que 9 meses no son suficientes, se puede invocar una cláusula específica del acuerdo de salida que permita extender este periodo 1 o 2 años más.
Para Ecuador, que tiene un Acuerdo Comercial con la UE no habrá cambios drásticos. Hasta el final del periodo de transición se aplicará el mismo acuerdo y una vez que se termine el periodo se aplicará un acuerdo comercial con RU, ya negociado e igual al actual. En otros ámbitos, como en el de la cooperación o intercambios académicos (el famoso programa Erasmus+) sabemos que no habrá impacto hasta al menos finales de 2020, pero no se sabe todavía si estos programas se incluirán en nuestra relación futura.
El 31 de enero fue el fin de una era y el 1 de febrero el inicio de otra. Pensando en positivo, la salida ofrece la oportunidad de cambiar de página. En ambos lados de ‘la Manche’, es tiempo de concentrarnos en el futuro y en los desafíos que no pueden esperar más. La UE inevitablemente tendrá menos peso en el mundo, pero seguimos doblemente comprometidos. Un buen divorcio siempre es mejor que un mal matrimonio.
Marianne Van Steen
Embajadora de la Unión Europea en Ecuador