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Se acabó el tiempo

Avatar del Mariasol Pons

"La gente no lo dice públicamente, pero todo el sector privado está en ascuas ante los resultados electorales. Las buenas noticias llegarán cuando las compañías hagan las inversiones porque el gobierno electo da confianza"

Las encuestas dicen que hay un altísimo porcentaje de indecisos frente a las elecciones del próximo domingo 7 de febrero. Puedo comprender el estado de ánimo, pero no la indecisión. Los 16 candidatos quizá hacen bulla como un “todo”, pero destacando a quienes compiten con alta concentración de intención de voto la opción es clara.

Dos tendencias acaparan mayores porcentajes, Guillermo Lasso y Andrés Arauz. Estos años hemos visto cómo atracaron al IESS, cómo sentenciaron a prisión por llevar coimas al expresidente Correa y su clan, cómo la educación está en la lona, cómo la plata de un hospital voló en avioneta -por así decir- y una retahíla de recuentos que solo contribuyen a que uno piense en querer migrar. Pero yo no me quiero ir a ningún lado, yo quiero que aquí tengamos oportunidades para crecer, no serán perfectas, pero pueden ser bastante mejores de lo que han sido. Busco que se tomen decisiones que ayuden a la empresa privada a generar más trabajo y que el Estado sea reducido porque es demasiado pesado. Estas elecciones nos jugamos, nuevamente pero con factores agravados, la amenaza horrenda de que la vida se nos complique seriamente si es que gana el correísmo. Cada día veo en Teleamazonas los reportes de la miseria que se vive en Venezuela y se me pone la piel de gallina. ¿No se dieron cuenta los venezolanos de que el paraíso se les convertía en infierno? ¿No nos damos cuenta de que la amenaza de que esas personas se apoderen de lo público -y lo privado- viene de frente con la canción llena de falsas promesas de bienestar? La realidad de los migrantes venezolanos es desgarradora y debe ser el mejor anuncio de lo que Arauz representa.

¿Muy básico mi razonamiento? Pues parece que tocó volver a lo básico, tan básico como que esta tarea de recuperar el país nos compete a cada uno de nosotros. Yo no voto en contra, yo voto a favor de las probabilidades de mejorar nuestra calidad de vida: yo voto por quien asume responsablemente el reto y tiene capacidad para cambiar. Voto por él porque sus propuestas tienen sentido, porque es consistente y serio, voto porque veo lo que construye y voto por su esfuerzo en conseguirlo.

La gente no lo dice públicamente, pero todo el sector privado está en ascuas ante los resultados electorales. Las buenas noticias llegarán cuando las compañías hagan las inversiones porque el gobierno electo da confianza, cuando se firme el tratado bilateral de comercio con Estados Unidos, cuando se reduzcan los impuestos, cuando se elimine el impuesto de salida de capitales, cuando hayan alicientes tributarios reales a la inversión y cuando la política fiscal del Estado priorice el modelo de dolarización.

Siempre hay imprevistos, ninguno anticipó la pandemia, pero la miseria en Venezuela llega hasta Ecuador. No podemos decir que no la vemos entre nosotros y ante eso toca moverse y votar con consistencia.

Actúe en positivo, hable con la gente a su alrededor, insista en evidenciar las mentiras correístas. El cambio tiene que venir de todos nosotros, aquí podemos y debemos vivir sin robo, con mejor educación y sin mafias. El trabajo tomará gran esfuerzo y se acabó el tiempo de indecisiones. Si usted quiere que el país tenga oportunidades, es hora de darle la oportunidad de gobernar a quien demuestra capacidad con conocimientos; es el único que realmente nos ofrece un esfuerzo serio por conseguirlo.