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Póngalo por escrito

Avatar del Mariasol Pons

Entonces, cuando hay quien requiere que no se deje nada por escrito respecto del manejo de un tema, se sobreentiende que se quiere eliminar la trazabilidad, la responsabilidad y que lo que se está ordenando es chueco

Todos quienes trabajamos en una actividad legítima sabemos y entendemos que cuando se da una directriz administrativa de casi toda índole, esta debe ir por escrito. Si no está escrito, entonces no existe. Luego, cuando se hace la evaluación y hay dudas o preguntas, el respaldo a la trazabilidad en la responsabilidad de las decisiones está siempre por escrito.

Entonces, cuando hay quien requiere que no se deje nada por escrito respecto del manejo de un tema, se sobreentiende que se quiere eliminar la trazabilidad, la responsabilidad y que lo que se está ordenando es chueco. Habrá temas que por sensibilidades personales no se dejan por escrito inicialmente, pero al final todo queda en el registro. Si no, pregúntele al exvicepresidente, que no lo dejó por escrito sino en video.

El manejo de la cosa pública en época correísta es algo que no deja de sorprender. Lo horrendo es que si uno se sorprende o se siente asqueado por esta actuación ajena, haya quien ose mirarte mal, como diciendo que no eres lo suficientemente vivo o que no tienes calle. Síntoma de la enfermedad, hay quien está patológicamente acostumbrado a estos escándalos; la familiarización con esa conducta permitió que se de.

Estimado lector, escuche con detenimiento las palabras del video en mención, procéselo. ¿En qué momento todo esto se convirtió en la norma? Es una pregunta válida.

Una serie de obviedades se decantan de este video, como el secretismo en la firma de contratos de venta petrolera durante ese mismo gobierno o el enriquecimiento ilícito. De ese gobierno recibimos la mayor cantidad de deuda, el mayor despilfarro de ingresos petroleros históricos, así como una recaudación tributaria importante, el desarme del país y una crisis social en salud por consumo de sustancias psicotrópicas. También carreteras infladas de sobreprecio. Y es que el drama está en que todo ese caudal de riqueza llegó al país mermado y desangrado en la cadena de lo que no quedaba por escrito.

Hoy el Gobierno Nacional comunica que ha puesto la casa en orden; le ha ayudado la contribución del sector privado en la forma de impuestos a empresarios y contribución ciudadana con la eliminación de los deducibles anuales. No es un esfuerzo menor. También contribuye el precio del barril de petróleo, incrementado por el conflicto bélico internacional. Pero lo que hubo es la intención de hacerlo, de poner orden. A la reflexión que llego, o mejor dicho la pregunta sobre la que aterrizo es: ¿cómo el Gobierno de Guillermo Lasso ha logrado esto en un año y cómo el otro en diez años logró descalabrarnos?

Las necesidades del ecuatoriano son apremiantes; se necesitan medicinas, mejora en la red de educación pública, inversión en soluciones de vivienda social; se necesita resolver el hoyo negro del IESS y así, una retahíla de cuestiones que son amenazadas antes el vicio persistente de quienes quieren actuar sin dejar rastro. De quienes insisten en no dejar las cosas por escrito. Este problema medular se resuelve desde cada una de nuestras esquinas, refutando al vivo, actuando con decencia y transparencia. El pecado no está en equivocarse, el pecado está en actuar en desmedro de otros. Hay que dejar las cosas por escrito, hay que enfrentar la realidad con argumentos. Es el presente y el futuro lo que está en juego. Si se esconde es porque huele raro