Pretextos y oportunidades

El paro nos afecta a todos, es una manifiesta irresponsabilidad por parte de sus gestores y un atropello a quienes necesitamos estabilidad económica
Lo que vemos entre las imágenes del paro nacional son pretextos y oportunidades para un momento político. No quiero entrar en la dinámica de establecer si los factores que afectan la coyuntura son o no legítimos porque es de conocimiento público que la coyuntura internacional genera coletazos que se sienten en nuestra sociedad y en su economía, así como que el Ecuador enfrenta serios desafíos de desarrollo y gobernabilidad. Dicho esto, no veo a un grupo de la Conaie haciendo observaciones productivas acerca de lo que se debe hacer para aportar a la mejora nacional, lo que veo es un equipo gestionando un momento de caos para aprovechar oportunidades.
El argumento del combustible, históricamente grabado en el colectivo social como una lucha de la cotidianidad, se queda sin piso cuando la población a la que representa no es compradora de ese combustible. El diésel y el ecopaís tienen subsidio. La gasolina súper solo es utilizada por un 4 % de la población. Si a porcentajes vamos, la representatividad de la Conaie no llega al 10 % de la población, sin embargo le encanta hablar como si su representación fuera absoluta. Dejo por escrito, una vez más, que no me representa. No creo en su mecanismo, no creo que una acción de protesta social sea que dirigentes indígenas exijan dinero a floricultores para entregar salvoconductos que le permitan transportar sus productos. No será la primera vez que veamos colectivos creando problemas para vender soluciones. Allí está el meollo del asunto en el mensaje que transmite esta movilización.
Se recalca que el paro se concentra en las provincias de Pichincha, Imbabura, Pastaza y Cotopaxi, siendo esta última el epicentro. Los manifestantes incluso se llevaron a la fuerza a un fiscal, así como en el pasado secuestraron por horas a periodistas. La gran mayoría restante se mantiene serena, particularmente Guayaquil, que continúa sus actividades con amenazas de saqueos por parte de antisociales que ven la oportunidad de robar en el caos. El paro nos afecta a todos, es una manifiesta irresponsabilidad por parte de sus gestores y un atropello a quienes necesitamos estabilidad económica. Se habló del cierre de 87 vías y ataques a las empresas, que provocan ausentismo de trabajadores, menor productividad y problemas para trasladar productos para el consumo interno y para la exportación.
Los pretextos sobran por parte de los violentos para destruir y amedrentar, porque para protestar pacíficamente no se necesitan pretextos. El Gobierno sostiene su intención de dialogar, así también autoridades seccionales nacionales, pero habría que preguntar qué agenda se lleva al diálogo. ¿Hay realmente una necesidad de dialogar? ¿O es puramente la intención de presionar lo suficiente para salirse con la suya y construir una percepción temporal de fortaleza política ante un Ejecutivo que no cuenta con mayoría en la función Legislativa? El presidente la tiene cuesta arriba desde el primer día de su gobierno.
Finalmente, llego a la Asamblea, el reino de los pretextos y las oportunidades. Allí impera la lógica inversa, todo eso que nos impulsa al desarrollo es destruido para asegurarse de que la problemática integral funcione. Las llaves "de soluciones" están posicionadas en el mercado de la oferta de oportunidades. Este circo general de pretextos y oportunidades nos ancla como el peor de los lastres