Martín Pallares | ¿Los asesores de Noboa son incompetentes?

Identificar al correísmo con el hampa no es tan difícil: basta desempolvar casos como Metástasis o Purga
El presidente-candidato debería cambiar de asesores o escucharlos en caso de que estos sean buenos, cosa que no parece ser así. En el afán de que el electorado asocie a sus adversarios de la Revolución Ciudadana con las mafias y el crimen organizado, algo que no es descabellado ni difícil de hacer, se inventó una maniobra que le salió mal y de la que posiblemente salga mal parado. La historia es así: el miércoles último, la bancada gobiernista pidió que se cambie el orden del día y que se trate una resolución que, según lo dijeron ese momento, era para que la Asamblea apruebe una resolución en apoyo a que vengan militares extranjeros a combatir al crimen organizado y el narcotráfico. La idea era sencillísima: los correístas se van a negar y así podremos acusarlos de estar protegiendo a las mafias. Además, se ocultó el texto de la resolución cuando se presentó el pedido de cambio del orden del día, así los correístas no iban a ver que el contenido era un claro apoyo a la política de seguridad del Gobierno. Incluso, ni siquiera hablaba de militares para que combatan el crimen en las calles sino de asistencia técnica. Era, en definitiva, una trampa. Pero la trampa estuvo tan mal armada que las supuestas víctimas se enteraron del guion y decidieron apoyarla con algunos retoques para que no se la vea como un espaldarazo al Gobierno. Entonces, cuando se suponía que el pleno debía reunirse para aprobarla, una mayoría de asambleístas abandonó la sala para dejar sin cuórum la reunión. Pero no fueron los correístas los que bloquearon la sesión: fueron los propios de ADN. En total 14 asambleístas del Gobierno no estuvieron en la sesión porque vieron que la trampa había sido desactivada. Y entre esos 14 estaba la crema y nata de la bancada: Valentina Centeno, Nataly Morillo, Eckenner Recalde…
En resumen, fueron los mismo que armaron la celada los que la boicotearon. Iniciativas como esta les quitan credibilidad a las acusaciones que la campaña de Noboa quiere hacerles a sus adversarios del correísmo. Identificar al correísmo con el hampa no es tan difícil: basta desempolvar casos como Metástasis o Purga y recordar cómo el narco ha compartido con los más egregios correístas abogados y jueces querendones.
Si Noboa quiere ganar las elecciones tendrá que sacudirse.