Martin Pallares: Ecuador sí puede y ahí están los ejemplos
La verdad es que en el Ecuador hay varios ejemplos donde la población ha mejorado notablemente su calidad de vida
Esta era la gran oportunidad para que el Ecuador hiciera una revolución. Una revolución que le librase a su gente del monopolio opresivo y mafioso que el Estado mantiene sobre la energía eléctrica. Para comenzar, al Gobierno no se le ocurrió poner incentivos tributarios para las personas que quieran colocar sistemas fotovoltaicos en sus casas. Ni siquiera bajó el IVA para la compra de paneles solares. Tampoco los alcaldes que, se supone, están más cerca de los ciudadanos y tienen una mejor posición para entender los dramas de la gente. Peor los prefectos.
La verdad es que en el Ecuador hay varios ejemplos donde la población ha mejorado notablemente su calidad de vida sin la participación rectora del Estado. Aunque nada tiene que ver con la energía eléctrica, está el ejemplo de toda la zona florícola de Cayambe, Tabacundo y las poblaciones que están más hacia el norte. Si alguien hiciera un registro de cómo era la zona en los años 70 u 80 del siglo pasado y la comparara con la actual se quedaría pasmado. Cayambe era un pueblo triste y pobre y ahora, gracias a la actividad de las florícolas, se ha convertido en una de las más ricas del país. Con todos los problemas que puede atribuírsele a la actividad florícola, el cambio social que generó en la zona es brutal: no hay un ejemplo de desarrollo social tan rápido y efectivo en la historia del país. Hay que ir a ver Cangahua, muy cerca de Cayambe, otro pueblo que en los ochenta era de una pobreza pavorosa. Es difícil pensar en un proyecto social que haya sido ejecutado por el Estado y que haya sido tan exitoso como este en toda la historia moderna del país.
Otra zona de inmensa transformación y de desarrollo está ubicada al sur de Riobamba, donde los pequeños propietarios de tierra han convertido a la zona en abastecedora importantísima de productos agrícolas para Guayaquil. Sin que haya dejado de sufrir pobreza, la diferencia entre los 80 y la actualidad es pasmosa.
Estos son solo dos ejemplos en los que la población ecuatoriana ha demostrado ser capaz de tomar en sus manos la historia. La academia, es muy probable, nunca hable de estos casos y peor del de Cayambe porque lo que hubo en esa experiencia fue el triunfo del capitalismo. Y eso no les gusta nadita.