Martín Pallares | Electricidad: hay que liberarse de la tiranía estatal

Unos dicen que es imposible por caro, por ineficiente o por inconveniente, pero por ahí hay información, y de la seria, que dice que se puede, al menos, soñar con un mundo distinto a este donde estamos extinguiéndonos por no tener energía eléctrica, por culpa de un Estado corrupto y disfuncional. Un mundo en el que las personas se puedan liberar de los políticos corruptos, funcionarios incompetentes, sindicalistas sangrones y pensadores seniles y tengan una fuente de energía propia, es decir que no se la deban a nadie.

Podemos imaginarnos a un Ecuador en el que al menos un 80% de la población pueda instalar sistemas de energía solar que les permita desenchufarse de las líneas de transmisión de energía estatal. Lo bonito de este sueño es que hay información que permite abrigarlo. Por ejemplo, el dato de que en California fue tan brutal el éxito de los incentivos estatales para que la gente instale paneles solares en los techos de sus casas y que venda la energía al Estado que ahora el problema es que hay tal cantidad de producción de electricidad que ya el Estado no puede comprar todo porque lo que se produce excede sus necesidades: 2,6 millones de megavatios por hora de electricidad en 2024, una cantidad más que suficiente para suplir la necesidad de todas las casas de la ciudad de San Francisco durante un año.

También está lo que le dijo Jenny Chase, analista de BloombergNEF, considerada la mayor experta mundial en energías renovables a un columnista de The New York Times: “Y si me hubieras dicho hace casi 20 años lo que ocurriría ahora, 20 años después simplemente te habría dicho que estabas loco. Me habría reído en tu cara”.

O en su defecto lo que hace poco dijo en una de sus columnas The Economist: “Cuando hace 10 años era una décima parte de su tamaño actual, la energía solar aún era considerada marginal incluso por los expertos que sabían lo rápido que había crecido. La próxima decuplicación (hacer diez veces mayor algo o multiplicarlo por diez) equivaldrá a multiplicar por ocho todo el parque mundial de reactores nucleares en menos del tiempo que suele llevar construir uno solo de ellos”. Es decir que, según esa revista, en la década de 2030 la energía solar será probablemente la mayor fuente de electricidad del planeta. ¿Será que esa liberación de los ecuatorianos es posible?