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Martin Pallares | Fierro, Toledo y un audio hecho entre socios

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Los socialcristianos, sinuosos y reptilianos salieron a sugerir, en un comunicado... que el audio podía ser legítimo

Si van a hacer trampas, que las hagan bien y que nadie las detecte. O háganlas de tal manera que al menos sean difíciles de descubrir. Pero hay trampas tan groseras y tan mal hechas que son una ofensa para cualquier tramposo que se precie de serlo. Es lo que ocurrió con el audio de los abogados Leonardo Toledo y Francisco Fierro, en el que aparecían en una supuesta conversación donde uno de ellos se quejaba de que el Banco del Pacífico no le había pagado todo lo que había supuesto que su defendida, Mayra Salazar, había dicho en contra de Pablo Muentes, operador político de Jaime Nebot y animador importantísimo del Partido Social Cristiano, hasta que cayó en desgracia por tramposo. Muentes es acusado por el Banco del Pacífico de haberlo estafado pagando una deuda de 300 mil dólares con pagarés chimbos. El audio tenía como propósito hundir los casos Purga y Metástasis, salvar a Muentes y desprestigiar fatalmente a la fiscal Diana Salazar.

Apenas saltó el audio que, además, estúpidamente lo hicieron publicar en un medio desvergonzadamente chavista, saltaron de dicha los que tienen cuentas pendientes en esos mugreros destapados en Purga y Metástasis. Los correístas lo dieron por cierto inmediatamente porque golpeaba a la fiscal y los socialcristianos, sinuosos y reptilianos, salieron a sugerir, en un comunicado que ahora deben estar lamentándose de haberlo redactado, que el audio podía ser legítimo, para ver si así salvaban a Muentes.

Pero la mentira tiene patas cortas y se descubrió que Fierro y Toledo son socios: comparten desde hace años un estudio jurídico, lo que demuestra que lo que se escuchaba en el audio de marras no era una conversación espontánea y sincera entre dos amigos que se contaban intimidades, como pretendieron hacer creer a la opinión pública, sino un guion perfectamente planificado. Un par de tramposos que avergonzarían a cualquier tramposo que se precie de serlo. Tramposos de medio pelo, Fierro y Toledo pusieron a saltar de dicha a los giles que creyeron que algo tan burdo les iba a lavar la cara. El episodio del audio resultó ser un montaje que Fierro y Toledo vendieron a la defensa de Muentes, para ver si así lo sacaban de la cárcel donde purga sus miserias.