Martin Pallares | Incompetentes que perjudicaron al país

Casi 90 millones de dólares deberá pagar el Ministerio de Educación a la empresa China Railway por culpa de un par de incompetentes: Rafael Correa y Fander Falconí. Estos dos sujetos lograron hacer lo imposible: que una empresa china que no cumplió con el contrato para proveer al país de 200 escuelas “tipo milenio”, le gane al Estado ecuatoriano un monto muy importante de dinero. Tan importante que el actual Ministerio de Educación tendrá que endeudarse para hacer el pago. ¿Cómo pudo ocurrir algo así? Correa había previsto construir, con un préstamo chino, 200 escuelas del milenio para cuando saliera del gobierno en 2017. Como el proyecto le estaba quedando inalcanzable porque se le derrumbó el precio del petróleo, decidió cambiarle el nombre a las escuelas y ponerles “tipo milenio”. Esto suponía que las escuelas, en lugar de tener paredes de concreto, techos de verdad y pisos sólidos, serían hechas con materiales desechables. Para cuando Correa dejó el poder, China Railway había entregado apenas 20 escuelas (de chiste) en lugar de las 200 (también de chiste) que tenía que entregar en total. ¿Qué hizo Correa para que los chinos cumplan el contrato? Nada. ¿Dijo algo en sus sabatinas sobre el pésimo trabajo de los chinos? Ni una palabra. ¿Le reclamó en alguna sabatina a su ministro de Educación, Augusto Espinosa por el fracaso? En absoluto. El Ecuador había hecho el contrato por 196,9 millones de dólares, pero era mejor tener a los chinos tranquilos, así que siempre fue más conveniente guardar silencio. Correa prefirió quedarse callado y solo con las 20 escuelas que, en el mejor de los casos, durarían entre cuatro y cinco años.

Luego llegó el gobierno de Lenín Moreno y su ministro de Educación, Fander Falconí, con toda la razón del mundo, terminó unilateralmente el contrato. Pero cometió una inmensa tontería, según se desprende de la sentencia de la Corte Nacional de Justicia, que condenó al Ministerio de Educación a pagar a los chinos $ 85,5 millones: recibió las 20 cochambrosas escuelas. Por haber recibido esas 20 escuelas, los jueces concluyeron que el Gobierno estaba satisfecho con el trabajo y les dieron la razón a lo chinos. Ahora, a pagar. Todo por culpa de dos inoperantes que revelaron esta historia gracias a una torpe y vanidosa disputa en Twitter (ahora X).