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Martin Pallares | Luisa González avergüenza

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Luisa González es cobarde: no se atreve a decir lo que realmente cree porque siente que Maduro es parte de su cofradía

Puede haber muchos motivos, pero hay uno que hace de Luisa González una candidata infame: Venezuela. En una entrevista concedida a Ecuavisa en agosto, la candidata insistió en el repertorio de babosadas que tiene sobre lo que ocurre en ese país, pues no dijo nada distinto a lo que haya dicho antes. No tener una posición democrática y humanista a estas alturas frente a Maduro y su dictadora no tiene perdón ni humano ni divino.

Este viernes 10 de enero, en Ecuavisa otra vez, se hizo la tonta con el tema. Una candidata a la Presidencia, es decir alguien que pretender dirigir los destinos de un Estado, que sostenga no tener una posición sobre lo que está pasando en Venezuela es de una indignidad absoluta.

Esta vez, González salió con una boya salvavida para escapar a la pregunta si considera que lo de Venezuela es una dictadura: Ecuador es una dictadura con Noboa y hay que cambiar eso. Pero posición sobre Maduro no tiene. Alguien que no quiera decir nada sobre Venezuela en estos momentos miente por cada diente: si sostiene que no le importa si Nicolás Maduro es o no un dictador o que ella no sabe qué responder ante esa pregunta es porque esconde su ideología, porque comparte la visión madurista del Estado pero le da vergüenza de admitirlo. ¿Hay una expresión de cobardía y de deshonestidad intelectual peor que esa? Ni el sinuoso de Gustavo Petro llega a tanto.

Luisa González es cobarde: no se atreve a decir lo que realmente cree porque aun sabiendo que es impresentable siente que Maduro es parte de su cofradía. Todos saben que Luisa González, como todo el aparato político que la sostiene, que la acompaña y la apoya es madurista de corazón y que estuvieran en las calles defendiéndolo si no fuera porque ser madurista es una indignidad que ellos mismo reconocen en silencio.

Lo grave en la historia de la candidata de la Revolución Ciudadana es que alguien que pretende ser jefa del Estado ecuatoriano no exprese lo que piensa sobre uno de los fenómenos políticos más siniestros y antidemocráticos de la historia de la región. ¿Se imaginan a un candidato que diga que no le importa y que no tiene ninguna posición sobre lo hecho en derechos humanos por Daniel Ortega o Augusto Pinochet? Eso es Luisa González: una mentirosa.