Martín Pallares | Verduga o la angustia del atrapado sin salida

¿Si es cierto que tanto le dolió el asesinato de su amigo, por qué no colaboró para que se dé con los culpables?
La respuesta de Augusto Verduga a la publicación de los chats hallados en su teléfono es de las que, normalmente, hacen los pillos cuando se ven perdidos. Es decir, cuando ya no tienen escapatoria y saben que ni con mentiras pueden salvarse.
En un mensaje puesto en redes, Verduga asegura que el escándalo en el que ha estado envuelto por la publicación hecha por la Fiscalía de los chats encontrados en su teléfono ha sido montado por la banca privada, a la que responsabiliza prácticamente de todos los males del país: faltó que la culpe por el fuerte invierno. Verduga no aclara absolutamente nada de lo que ha salido a la luz en esos diálogos y se lanza en contra de los banqueros pretendiendo posicionarse como el defensor del pueblo que se enfrenta a la perversa banca. Puro populismo de tercera categoría.
No escatima palabras, su mensaje es tan largo como vacío; no se refiere, a nada de lo que debería haber aclarado o explicado tomando cuenta que fue servidor público y que, como tal, debería responder por sus actos. En esa larga y tediosa respuesta, no niega que haya utilizado al organismo en el que trabajaba como palanca para tomarse las instituciones de control más estratégicas del Estado, como es la Superintendencia de Bancos, el Consejo de la Judicatura y la Defensoría del Pueblo. Tampoco explica la forma gansteril en que coordinaba a todos sus compañeros en el Consejo de Participación para obstruir a la justicia, haciendo recusaciones por un quítame esta paja a todo juez o conjuez del Contencioso Electoral. Y quizá lo que es más tenebroso y oscuro: en su respuesta no explica nada sobre un diálogo que tiene con su amigo Pantera Negra, en el que pone en evidencia que sabe perfectamente quién estuvo tras el asesinato de su asesor Jimmy Ruiz y el móvil por el que ocurrió el crimen. ¿Por qué en lugar de señalar con el dedo a unos supuestos enemigos no explica su papel en ese operativo para tomarse el Estado? ¿Si es cierto que tanto le dolió el asesinato de su amigo, por qué no colaboró para que se dé con los culpables?
El comportamiento de Verduga es idéntico al que tienen los mafiosos. Permite, además, conocer el mecanismo delincuencial con el que actúan los correístas y del que ninguno de ellos ha marcado distancias, al menos públicamente.