Hagan patria, destituyan a Alembert Vera
...desacató una orden de autoridad competente
Alembert Vera es un peligro para el país y dejarlo en el cargo sería como cometer un delito de alta traición a la patria. Esto no es una exageración ni una metáfora ni un chiste.
Para comenzar lo conceptual: Vera ha demostrado que llegó a la presidencia del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, CPCCS, con una sola encomienda: hacer lo que sea posible, legal o ilegalmente, para que regrese al Ecuador y se instale para siempre el proyecto autoritario, caudillista y antidemocrático de Rafael Correa. Eso ya es distorsionar al organismo que dirige, aún más de lo distorsionado que es en su origen. La jugarreta que acaba de ensayar para echarse abajo a la Corte Constitucional y toda la institucionalidad que nació de la consulta popular de 2018, es la evidencia más contundente de que va a utilizar al CPCCS para cumplir con el encargo. Permitir que dirija ese organismo es como entregarle una ‘gillette’ a un chimpancé.
Luego está lo legal: las causales para que la Corte Constitucional lo destituyan están ahí, vivitas y coleando: el sujeto desacató una orden de autoridad competente, cuando cumplió una orden de un juez de Montecristi para que conforme una veeduría para que revea el nombramiento de los jueces constitucionales hecho por el CPCCS transitorio de Julio César Trujillo, cuyas decisiones están blindadas por una norma de la Corte Constitucional. Aunque ahora pretenda hacerse el yo no fui y acusar cobardemente a un órgano de medio pelo del CPCCS de haber tomado la decisión, Vera ya cometió el delito. ¿Qué espera la Corte Constitucional para destituirlo? Además de que la causal de destitución está ahí, los jueces deben entender que dejarlo en el cargo es colocar una bomba de tiempo para la supervivencia de la democracia.
Adicionalmente, Vera tiene otro proceso encima. En el Tribunal Contencioso Electoral está pendiente un juicio en su contra porque fue evidente que su campaña para llegar al CPCCS estuvo viciada de ilegalidad, ya que el correísmo lo auspició sin pudor.
Los jueces de la Corte Constitucional como los del Contencioso Electoral tienen ahora la oportunidad de hacer patria. Y esto es muy serio.