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Mauricio Velandia | 2025: mano dura, alianzas e IA

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No son los jóvenes los que están al mando de las potencias mundiales

Las elecciones de EE.UU. dejaron al mundo occidental en suspenso. Un nuevo capítulo de la historia económica del mundo se avecina. ¿Qué viene?

Primera premisa: para el año 2025 gran parte de los líderes del mundo estarán viejos. Trump entra a los 80. Biden se fue teniendo 80. Putin avanza en edad. Xi Jinping está entrado en edad. Modi en India pasa los 70. Eso tiene su efecto en el 2025, dado que un viejo piensa diferente que un joven. No son los jóvenes los que están al mando de las potencias mundiales. Evaluando las estadísticas se tiene que líderes mayores aportan, supuestamente, sabiduría y experiencia. Estos la tienen y están de salida pues se les acerca el cielo o el infierno; pretenden dejar un legado y pasar a la historia de su propio país y en la historia global como los protagonista de la nueva era. Compiten por quién deja más legado. No les queda más.

Segunda premisa: el 2025 traerá la paz en ciertas guerras que avanzaron en los últimos tiempos. Ucranía perderá parte del territorio de su país. Trump será el pacificador que hará las paces y Zelenski tendrá gacha la oreja ante la mirada miedosa de Europa, quien entenderá que militarmente no son nada sin EE.UU. Entre tanto, la guerra en Gaza terminará con el castigo profundo que dejó Israel a Hamás. Benjamín Netanyahu, también entrado en canas, será ovacionado en su círculo. En algo guarda identidad Benjamín con Putin, y es que los dos son requeridos por la Corte Penal Internacional, la cual cada vez pierde más prestigio pues sus investigados siguen de paso por países aliados estrechando manos. Trump la tiene difícil a fin de verificar si se inclina por apoyar un Estado Palestino; sabe que su rival más agresivo militarmente y comercialmente es China. Ya no solo la disputa es por Taiwán, sino que al mapa de conquistas entró Filipinas, que en agosto de 2024 tuvo fricciones con China por maniobras peligrosas en el mar del sur de China. En el 2025 veremos como la IA será la que modifique las estrategias militares. El ejercito robótico aterrizará.

Tercera premisa: Trump en materia de aranceles prometió gravámenes del 60 % a las importaciones procedentes de China (y del 10 % al 20 % a las de todos los demás países). Se trata de una política proteccionista. Importante que los amantes del libre mercado expliquemos esta medida, que conlleva a pensar de nuevo en ‘economía de país o de nación’ y sálvese quien pueda. La guerra comercial de EE.UU. es con China y no con Rusia. Trump, además, propuso recortes de impuestos. Si lo logra, puede ser un gran ejemplo para otros países. Ver para creer.

Cuarta premisa: la unión de Trump con Musk es un asunto para ganar el apoyo de la juventud. Tienen claro que la innovación les dará el respaldo de las nuevas generaciones a la sazón de garantizar su liderazgo futuro. Elon ya anunció que separará su inteligencia artificial (Grok) y tendrá su propia aplicación, y entra a competir con ChatGPT, pero además se mete en el negocio de los videojuegos, que es la base del metaverso. Musk sabe que a Trump le quedan pocos años y querrá ser el heredero y líder espiritual de MAGA. Ya verán.

Quinta premisa: el irrespeto por el contrincante, con groserías y memes, será lo que se impondrá en el año que viene. Ya no es novedoso leer, ver y oír cómo la altanería le da ‘likes’ a los animales. En el 2025 ese será el líder de la manada.

Sexta premisa: no existe un camino diferente individual para cada uno de ustedes que ‘madrugar, estudiar y trabajar’. Sea su presidente. Ese es su verdadero mundo.