Fertilidad in vitro en la mira del negocio de la tecnología
Los intentos de obtener control sobre la biología humana de esa manera deberían hacer sonar campanas de alarma.
Nací en el año 1969. Mi padre (Hugo) y mi madre (Fanny) hicieron todo lo pertinente y natural para mi nacimiento. Desde muy chico oí acerca de la fertilidad in vitro (FIV). Era un tema muy mencionado, de curiosidad y de burla entre amigos respecto de lo que oíamos de conversación de adultos o de noticias de TV. No sabía yo a ciencia cierta si eran seres superdotados o robots o que eran, pero lo que sí entendía es que se trataba de un tema del futuro y no de ese presente.
Las estadísticas indican que en 2023 existen en todo el mundo aproximadamente 12 millones de personas que comenzaron en el laboratorio. Dicen que nacen cuatro personas producto de la FIV cada tres minutos. Son alrededor el 9 % de los nacidos en Dinamarca, la proporción más alta de cualquier país. Esto es un gran número.
La FIV es una técnica de reproducción asistida que se utiliza para ayudar a parejas o personas individuales que tienen dificultades para concebir de manera natural. En este procedimiento, los óvulos de la mujer son fertilizados fuera del cuerpo, en un laboratorio, con el esperma del hombre. Después de la fertilización, los embriones resultantes se cultivan en el laboratorio durante unos días y luego se transfieren al útero de la mujer, con la esperanza de lograr el embarazo.
La FIV es una opción para aquellos que tienen problemas de fertilidad, como la obstrucción de las trompas de Falopio, la endometriosis, la baja calidad del esperma o la infertilidad inexplicada.
Louise Brown nació en 1978 y se convirtió en la primera persona nacida de FIV; fue concebida con el esperma y el óvulo de una pareja casada. Para 1985, dos mujeres dieron a luz a bebés por FIV concebidos con el esperma de sus maridos y los óvulos donados por otras mujeres, eso abrió el camino a que una mujer diera a luz en nombre de otra pareja. Después se presentó el tema del primer embarazo con un óvulo congelado. El desarrollo de la vitrificación o congelación instantánea, hizo posibles los “criobancos” que almacenan el potencial para futuros bebés (bancos de óvulos, esperma y embriones). En algunos lugares las parejas del mismo sexo y las mujeres solteras pueden hacer uso de la FIV.
La ciencia va tan avanzada en sus metas que trabajan en que los hombres homosexuales podrían combinar el esperma de uno con un óvulo cultivado a partir de las células del otro para tener hijos relacionados biológicamente con ambos.
Los intentos de obtener control sobre la biología humana de esa manera deberían hacer sonar campanas de alarma. Todo sugiere que exista un control sobre la vida humana. La ética y la moralidad pública, sin duda, están en riesgo si no se toman algunas medidas. Vendrá un descontrol de la biología errante. Pero todo es un negocio. El dinero hace parte del diario vivir. Y no está mal, pues es verdadero y válido que todo se obtenga a través del sudor de la frente. El costo de una FIV oscila entre $ 10.000 y $ 15.000 en Estados Unidos. Algunas compañías de seguros cubren parcial o completamente los gastos de la FIV.
Este sector de la genética está absorbiendo grandes capitales. La tecnología en manos de privados ve allí una oportunidad. Así son los negocios y la vida.
Yo creo que con el paso del tiempo algunos podrán crear seres humanos sin control. Por ahora, espero que Fanny y Hugo sigan en lo suyo, sin importar que la FIV sea una salida excelente para algunos, pero sin dejar de lado que la ciencia puede estar descontrolada en busca de un Nobel.