No todo es narcotráfico

Uno de los grandes temas que debe afrontarse en la segunda vuelta presidencial de Ecuador es el de política económica internacional.
La Ruta de la Seda fue una red de rutas comerciales que conectó a Asia, Europa y África en el año 103 a. C. Dicha ruta involucraba un esquema de caminos, senderos y rutas marítimas que conectaba mucho territorio. El nombre se lo dieron porque la seda era uno de los productos que se transportaban a través de ella, pero en esa ruta se comercializaban también especias, metales, joyas, pieles, cerámica, papel, alfombras, etc. Comenzaba en la antigua capital de China, Chang'an (hoy Xi'an) y partía de allí para el oeste a través de Asia Central. Estas rutas terrestres pasaban por Samarcanda, Bukhara y Kashgar, donde los comerciantes descansaban, reponían fuerzas, cargaban suministros y hacían intercambios comerciales. Una vez que la Ruta de la Seda llegaba a Asia Central se dividía, hacia el oeste a través de Persia (Irán), y hacia el Mediterráneo, donde se topaba con Alejandría, Antioquía y Constantinopla (Estambul). Otra parte de la ruta alcanzaba el subcontinente indio, hasta el océano Índico. Otra era la ruta marina de la seda, que conectaba puertos en el mar Rojo, el mar Mediterráneo y el océano Índico. La Ruta de la Seda fue una herramienta, un vehículo para el intercambio cultural. Permitió el intercambio de religiones y filosofía, por ejemplo el budismo, que se transmitió de India a China, o el islam, que pasó desde Arabia hasta Asia Central y China.
El descubrimiento de rutas marítimas nuevas por parte de otros y el avance de las potencias europeas en las colonias asiáticas y los otomanos disminuyeron su importancia. Después vinieron las rutas comerciales modernas y el transporte aéreo y perdió más fuerza.
Hace 10 años (2013) el presidente de China, Xi Jinping, comenzó con su idea del Banco de la Ruta de la Seda, también conocido como BRI (por sus siglas en inglés, Belt and Road Initiative). Evocando el pasado, la iniciativa de China busca promover la conectividad y la cooperación entre Asia, Europa, África y América; y a través de inversiones en infraestructura y desarrollo económico, penetrar la económica mundial. Tiene dos componentes: el primero es el Cinturón Económico de la Ruta de la Seda, que se refiere a las redes de infraestructuras terrestres que conectarían China con Europa a través de Asia Central y del Sur. El segundo, la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, que se centra en la construcción de puertos y rutas desde China hasta Europa y Sudamérica, pasando por el océano Índico y el mar Mediterráneo. Para financiar los proyectos, China estableció el Fondo de la Ruta de la Seda y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés.) Sin duda China pretende expandir su influencia política y económica con el BRI por todas las regiones de la tierra. En Sudamérica ya tiene participación en diferentes países. Viene en octubre de 2023 el Foro de la Franja y la Ruta, que se celebrará en Pekín. No se espera que asistan líderes mundiales de Occidente y claro, el invitado más destacado será Vladimir Putin.
Uno de los grandes temas que debe afrontarse en la segunda vuelta presidencial de Ecuador es el de política económica internacional. No todo es narcotráfico. Y ese discurso de centrar los debates en acabar con la delincuencia la convierte en un camino más poderoso para obtener el ‘reconocimiento’, siendo este el premio que más anhela el hombre minúsculo. Hablemos de comercio internacional, candidatos. ¿Qué piensan del BRI?