Medardo Mora: Feliz Navidad
Al desear Feliz Navidad y celebrar el nacimiento de Cristo, recojamos sus enseñanzas
No encuentro mejor título para este artículo se publicará el 25 de Diciembre, que recurrir a la tradicional frase “Feliz Navidad”, que se afirma se origina en una carta de un obispo británico, en el siglo XVI, dirigida al primer ministro inglés Enrique VIII, para desearle lo mejor en el ejercicio de sus altas funciones. Esta frase se internacionalizó en el siglo XIX con el afamado libro Cuento de Navidad, de Charles Dickens, y la popularizó más actualmente el cantautor puertorriqueño José Feliciano.
En anterior comentario invitaba a reflexionar sobre el profundo contenido humano y ético del mensaje de Cristo, cuyo natalicio se celebra este día; hoy me limito a desear una Feliz Navidad a los lectores de Diario EXPRESO. A recordar con ellos que la Navidad es una fiesta universal para creyentes y no creyentes, una fecha para compartir una reunión en familia y disfrutar, de acuerdo a las posibilidades, de una cena navideña. Es también una fecha que nos invita a cantar villancicos en su música suave y palabras de amor, paz, alegría; recrearnos con un pesebre como símbolo del lugar donde nació Cristo. Es ocasión para deleitarnos con la inocencia de los niños en su ansiosa espera de la llegada del bondadoso Papá Noel, con juguetes que despiertan en ellos las más encendidas emociones.
Al desear Feliz Navidad y celebrar el nacimiento de Cristo, recojamos sus enseñanzas, aquellas en las que nos hizo notar que la más alta de las virtudes humanas es el desinterés, el desprendimiento, ser útil y solidario con los demás, entender que al mal hay que enfrentarlo con el bien y no con el mismo mal; aceptar que el mal del mundo es no combatir lo malo. Tengamos conciencia de que nada enriquece más espiritualmente a un ser humano que dar sin esperar nada a cambio, que para recibir hay primero que dar.
Que esta Navidad nos haga recordar que más importante que las palabras dichas o escritas son nuestros actos, nuestro comportamiento, como lo concibió literariamente Cervantes en su magistral libro El Quijote , para hacernos comprender el significado y valor de luchar por la justicia, la verdad, la moral.