Medardo Mora: La fiscal general y su soledad
Ella tiene claro que la gran mayoría silenciosa del país, dedicada a su trabajo, superviviendo ante dificultades, aplaude su labor
La fiscal general Diana Salazar enfrenta en soledad, patrióticamente, actos de corrupción que involucran a políticos, jueces, fiscales, funcionarios públicos, una poderosa delincuencia organizada, abogados que auspician atracos a los fondos públicos por jugosos honorarios.
Estas trapacerías indignan a los ecuatorianos honestos, que encuentran en la valiente actitud de esta funcionaria un bálsamo que amortigua su pérdida de confianza en la dirigencia política o en la falta de ética y compromiso de quienes ostentando altas funciones públicas poco o nada hacen por detener el deterioro de la institucionalidad, el saqueo de recursos públicos, restaurar la ética en la conducta de los ecuatorianos, que se han ido acostumbrando al engaño y la inmoralidad imperantes.
El gran académico ítalo-argentino José Ingenieros nos advertía de la soledad del poder. Afirmaba que en una alta función pública se está rodeado de muchas personas pero de pocos amigos.
Muchos se acercan por algún interés y son expertos en lisonjas, pero cuando se enfrentan situaciones controvertidas o se afectan sus intereses o visiones personales o de su grupo, quien debe tomar decisiones está sola. Eso debe estar experimentando la Dra. Diana Salazar, quien ha demostrado que su gestión no conoce de temores o renunciamientos; lo hace con la conciencia plena de que está contribuyendo a rescatar al país de la podredumbre a la que ha descendido, lucha en la que la acompañan medios de comunicación no comprometidos con el poder político o mafias.
Ella tiene claro que la gran mayoría silenciosa del país, dedicada a su trabajo, superviviendo ante dificultades y falta de oportunidades, se identifica y aplaude su encomiable labor; sabe que ella no habla sino que actúa y comunica lo que hace, sin cálculos ni reservas. Obra transparentemente al no tener nada que esconder. No le preocupa que por cálculos políticos o resentimientos al haber puesto en evidencia sus fechorías, la ataquen o se eluda respaldarla en la Asamblea. Tampoco los gobiernos de Moreno, Lasso o el actual la han apoyado, dándole recursos para contratar un equipo de fiscales confiables.