Medardo Mora | Incertidumbre y falta de propuestas
Sin propuestas alternativas que siembren alguna esperanza de un mejor mañana
El país vive una época de incertidumbre, con pocas razones para ser optimistas. Somos herederos de errores de gobiernos de los últimos 30 años que nos han conducido a un despeñadero de difícil recuperación.
Ni gobierno ni oposición tienen planes convincentes. Nos entretenemos con hechos mediáticos, pero está ausente del debate un plan con objetivos nacionales que supere los problemas existentes. Si el Gobierno carece de un rumbo definido, la oposición se limita a una crítica o protesta ácida, sin propuestas alternativas que siembren alguna esperanza de un mejor mañana. Las agrupaciones políticas son reiterativas en ofertas pero no señalan cómo van a mejorar la situación, con qué recursos; todo es cálculo electoral, buscar el poder para después disfrutarlo con amigos y partidarios, mientras los ciudadanos quedan abandonados a su propia suerte, limitados a espectar la destrucción del país, el crecimiento de la pobreza, el desempleo, el derroche y atraco de los recursos públicos.
En esa ausencia de propuestas, el país discute dos hechos que debilitan la democracia.
El uno, que el presidente busca evitar que la vicepresidenta asuma el poder sancionándola administrativamente. La vicepresidenta recurre a la oposición para defender sus aspiraciones. Los dos fueron elegidos juntos. Lo grave de esta pugna es la secuela que deja; toda institución, funcionarios, jueces, creen que pueden aplicar la ley según su criterio o conveniencia, creando inseguridad jurídica, olvidando que solo les está permitido hacer lo que la ley les faculta.
Este hecho tiene un componente jurídico y político. Nos hace recordar el axioma “un jurista no sacrifica un criterio jurídico por un interés político, pero un político sí sacrifica un criterio jurídico por un interés político”. Eso como pretexto es posible pero en un Estado de derecho hay que respetar la ley.
El otro hecho es inaceptable, jueces electorales se ponen la toga de partidarios políticos, atentando contra la democracia, como lo señaló ese probado demócrata, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, al referirse a la descalificación del candidato Jan Topic.