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Medardo Mora: Retos del nuevo gobierno

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El Gobierno debe comunicar su plan y metas; los problemas son múltiples, complejos, y demandan inaplazables decisiones

Se justifica que el presidente Noboa y su equipo hayan festejado su amplio triunfo avalado por observadores internacionales, aunque la candidata perdedora y su mentor Rafael Correa no lo reconocen, en actitud antidemocrática. Pero reconocen a Nicolás Maduro, que usurpa el cargo en Venezuela, el cual perdió por abrumadora mayoría.

El Gobierno debe comunicar su plan y metas; los problemas son múltiples, complejos, y demandan inaplazables decisiones. Debe demostrar que está a la altura del reto asumido y que no es producto de una circunstancia electoral. Es hora de anteponer los intereses del país, gobernar para todos y no para amigos, partidarios o clientela electoral; dejar atrás la controversia politiquera, que no contribuye a solucionar nada. Es legítima la discrepancia ideológica o sobre modelos de gestión gubernamental planteados con sinceridad y convicciones. El país exige transparencia no aguanta más mentiras y corrupción, de lo contrario los problemas seguirán incrementándose. La deshonestidad y sobreprecios en la contratación de obras o adquisición de bienes en entidades públicas impidió realizar obras urgentes en beneficio de muchos.

Considero oportuno legalizar la Comisión Cívica Anticorrupción, de gran labor en sus inicios, eliminada en la actual Constitución; integrarla con representantes de fuera de su seno para evitar intereses corporativos, de sectores como universidades o politécnicas, medios de comunicación, cámaras de la producción, sectores laborales, colegios profesionales.

El Gobierno necesita generar gobernabilidad, ampliar la base de apoyo a la democracia con acciones concretas, incorporar a personas especializadas, experimentadas, honestas; buscar consensos sobre objetivos de interés nacional, partiendo de propuestas fundamentadas e identificando qué nos une o nos separa. Unir esfuerzos en el combate a la inseguridad, en depurar una pervertida administración de justicia y organismos de control, impulsar la inversión pública y privada nacional o extranjera que genere fuentes de trabajo, implantar severa austeridad en el gasto fiscal, suprimir prebendas y entidades o cargos innecesarios.