Medardo Mora: Sed de justicia
El caso Metástasis ha sido el mejor regalo navideño que ha recibido el país. Ha puesto en evidencia a falsos ‘redentores’ políticos
Si algo reclama el Ecuador es justicia. Lamentablemente existen jueces y fiscales que han fallado en el cumplimiento de su labor y por deshonestidad o temor han expedido decisiones desviadas de su misión de aplicar correctamente la ley, sin que los organismos superiores, cortes provinciales, Nacional, Judicatura, sancionen a estos funcionarios pervertidos que son el germen de la inseguridad que viven los ecuatorianos, y que alientan a que prófugos como Xavier Jordán, vinculado a la corrupción y al crimen organizado, planteen juicios, como lo ha hecho contra Diario EXPRESO por informar sobre sus actos ilícitos.
Afortunadamente el país cuenta con una fiscal general valiente, decidida a buscar que todos cumplan la ley, sancionando a pícaros que perjudican a los demás, demostrando que un buen o buena líder, honesta, con firmeza de principios, es capaz de enfrentar injusticias y castigar a los asaltantes de los recursos públicos.
El caso Metástasis ha sido el mejor regalo navideño que ha recibido el país. Ha puesto en evidencia a falsos ‘redentores’ políticos o personajes de toda calaña, que se burlan y engañan a personas de buena fe, tejiendo una red de personas inescrupulosas que han cometido todo tipo de fechorías, incluyendo asesinatos contra quienes perturbaban sus perversos planes, sembrando terror, intranquilidad. El Ecuador se ha sentido redimido en su sed de justicia con la actuación de la Dra. Diana Salazar, a quien un sector político, demostrando que no le interesa el país sino sus ambiciones politiqueras, quiere destituir, en actitud contraria a la moral y el derecho.
El país está atento al desenlace de este caso que ha puesto al descubierto el entramado de sectores políticos con el narcotráfico y el crimen organizado. Los tentáculos de esta mafia son muy amplios, ya aparecerán más personajes vinculados a la corrupción y atraco a fondos del Estado.
Si el país quiere vivir con mayor seguridad y bienestar compartido debe rechazar el daño que le causan los pillos.
Es útil recordar una de las sabias frases del expresidente Alfaro: “Donde no hay justicia se viene al sueldo ese edificio llamado nación”.