Medardo Mora Solórzano | Después del debate
Por el formato del evento no fundamentaron cómo lograr lo propuesto y se notó el cuidado de los candidatos...
El debate presidencial permitió a una numerosa audiencia conocer directamente a los aspirantes a ejercer el más alto cargo público del país, la presidencia de la República.
Hubo ofertas para todos los gustos. Por el formato del evento no fundamentaron cómo lograr lo propuesto y se notó el cuidado de los candidatos de no salirse de las recomendaciones de sus asesores de ‘marketing’; algunos leían respuestas. Lo importante no es lo que se quiere sino cómo hacerlo. Entre el dicho y el hecho hay un abismo.
La candidata que lució más clara en ideas y conceptos sobre la realidad del país y aspiraciones ciudadanas fue Andrea González. Se la percibió segura, sin dubitaciones. También destaco propuestas del candidato Iván Saquicela, como un necesario gran acuerdo nacional, acentuar la desconcentración del poder y descentralizarlo administrativamente; la abolición del Consejo de la Judicatura, que no ha controlado desviaciones y corrupciones de jueces y fiscales, y ha manipulado a los servidores judiciales. El candidato Tillería buscó posicionarse como libertario con el grito “viva la libertad”, utilizado por el presidente argentino Javier Milei, pero este tiene a su haber una sólida formación doctrinaria.
No existieron propuestas que corrijan vicios estructurales, como construir gobernabilidad, concretar acuerdos sobre objetivos nacionales para combatir la corrupción, lograr inversión privada en exploración y comercialización de recursos naturales: petróleo, minería, electricidad, racionalizar el gasto público, reorganizar el Poder Judicial, mejorar la labor de los organismos de control que han permitido el atraco a los fondos públicos y la impunidad, eliminar al CPCCS, depurar la fuerza pública que está contaminada para que pueda combatir eficazmente la delincuencia organizada y el narcotráfico, entre otros temas de fondo que no se enfrentan con propuestas simplistas.
Creo que se mantienen los candidatos Daniel Noboa y Luisa González con un voto duro, que sumados entre ambos es más del 60 %. Los indecisos se inclinarán por los que tienen chance de ganar; no existe la tendencia de votar por un perdedor.