Medardo Mora: Por quién votar
En ese escenario no se votará por quien haya creado una adhesión militante por la trayectoria y virtualidades del candidato
Es la interrogante que se plantean los ecuatorianos ante la dispersa oferta electoral que exhibe 16 candidatos presidenciales e igualmente un abultado número de aspirantes a asambleístas.
Los ciudadanos perciben que el Ecuador deambula políticamente sin un rumbo esperanzador, quienes han gobernado los últimos 30 los han desengañado, los Poderes del Estado y sus Funciones Ejecutiva, Legislativa y Judicial, han estado por debajo de las expectativas ciudadanas, lo cual ha conducido a una crisis de valores, económica, de inseguridad personal y jurídica. Tampoco generan confianza los órganos electoral y de control.
En ese escenario no se votará por quien haya creado una adhesión militante por la trayectoria y virtualidades del candidato, se votará por el menos malo o como se lo ha hecho en las dos últimas elecciones, que la mayoría no votó en segunda vuelta por los méritos de quienes fueron electos, Lasso o Noboa; se votó contra el posible regreso al poder de la agrupación política que lidera el expresidente Correa, a quien se considera que gobernó autoritariamente, con sectarismo, que permitió una corrupción desenfrenada, despilfarró los más cuantiosos ingresos que ningún otro gobierno recibió, endeudó al país en alrededor de 40.000 millones de dólares, debilitó la seguridad social quitándole el subsidio fiscal y utilizando sus recursos a cambio de entregarle bonos del Estado de difícil reintegro.
Todavía no se sabe si los binomios que han aceptado la candidatura se mantendrá, o si unos no se inscribirán al darse cuenta de que tendrán una muy pobre votación, pero a la fecha, sin duda los candidatos con mayor respaldo son el actual presidente Daniel Noboa y Luisa González del correísmo. Difícilmente habrá otro candidato que pueda crecer exponencialmente y entrar a la segunda vuelta; entre ellos, por su exitosa participación anterior podría crecer J. Topic, sin descartar que algún otro candidato pueda llegar a tener una votación que lo catapulte a la segunda vuelta, como sucedió en las dos últimas elecciones con los jóvenes candidatos Hervas y Noboa, que crecieron vertiginosamente los días previos a la elección.