Argentina y su nuevo gobierno
Lo que acontece en Argentina repercute en América Latina, no solo por el tamaño de su territorio y población, sino por lo que significa su historia...
Lo que acontece en Argentina repercute en América Latina, no solo por el tamaño de su territorio y población, sino por lo que significa su historia, su cultura, el legado de insignes patriotas y pensadores, su antiguo poderío económico, su música y sus logros deportivos que influyen en ideas o tendencias en el sur del continente.
El 10 de diciembre se produjo un cambio de gobierno entre distintos grupos políticos. Hubo una transición democrática respetando el pronunciamiento popular, lo único díscolo fue el rostro de aversión que mostró la cuestionada vicepresidenta Cristina K. cuando el presidente saliente, Mauricio Macri, por razones protocolarias le extendió decentemente la mano. En cambio no pudo esconder su alegría cuando el presidente entrante le lanzó una boya, al advertir a la administración de Justicia que no actúe con sesgos políticos, buscando favorecerla ante los juicios que enfrenta por evidentes actos de corrupción.
El nuevo presidente tiene un duro desafío en un país con un porcentaje cercano al 40 % de pobres, una deuda pública que supera el PIB anual, inflación galopante, desempleo creciente, crecimiento económico negativo, indicadores que exigen medidas combinadas y certeras que posibiliten superar tan adversa situación. A esa realidad socioeconómica se añade una ambivalente convivencia en el grupo de gobierno. El presidente Alberto Fernández en declaraciones públicas se ha identificado con una ideología cercana al centroizquierda, se ha declarado liberal de izquierda, partidario de un liberalismo social, lo cual coincide más con sus inicios en la función pública en el gobierno de Unión Cívica Radical del expresidente Raúl Alfonsín, aunque también colaboró con el expresidente populista Néstor Kirchner.
En su posesión fue visible la barra que llevó la vicepresidenta Cristina K., que persigue la confrontación política, mientras el presidente repitió en su discurso que busca la reconciliación de los argentinos y concluyó diciendo que para alimentar desencuentros no cuenten con él. Argentina apostó por lo incierto con el nuevo gobierno, el tiempo dará los resultados.