Ecuador y sus incertidumbres

A la democracia se la fortalece con acciones concretas que atiendan necesidades y aspiraciones sociales, que demuestren que es mejor vivir en libertad
El Ecuador vive momentos de incertidumbre, sin un futuro claro. El actual gobierno y la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, tienen muy escasa credibilidad y han optado por una confrontación reducida a convencer al país de qué es menos malo.
El Gobierno se refugia en afirmar que un cambio de gobierno afecta la institucionalidad y favorece el regreso del Ec. Correa, cuyos partidarios promueven que por sus errores, el presidente Lasso ha perdido legitimidad y se impone su cambio. En ambos casos está ausente una propuesta para edificar un país más ético, más estable, más seguro, con mayor bienestar compartido, que solo es posible lograrlo con el concurso de distintos sectores ciudadanos: empresarios, academia, gremios profesionales, organizaciones sociales, sectores políticos que no piensen en las próximas elecciones sino en el Ecuador del mañana.
A la democracia se la fortalece con acciones concretas que atiendan necesidades y aspiraciones sociales, que demuestren que es mejor vivir en libertad que en gobiernos autoritarios empobrecedores. Los discursos y troles mentirosos, agresivos, no contribuyen a nada.
Se comenta que la juventud da poca importancia a la crisis que vive el país, lo que reflejaría el profundo desengaño que tienen de la política, al observar que prevalecen acomodos, mentiras, enriquecimiento ilícito o no justificado, que hace que pierdan credibilidad en quienes gobiernan y prefieren dedicarse a sus estudios para lograr una profesión o al aprendizaje de un oficio que les permita subsistir.
El reconocido filósofo alemán Friedrich Nietzsche afirmaba hace más de 200 años en su obra Genealogía de la moral algo similar a esa percepción. Cito: “Sospecho que la situación va de mal en peor. La sociedad está decayendo hacia un prototipo de persona más cómoda, conformista, ignorante, endeble, miedosa y mediocre. Esta es la mayor de las fatalidades”.
La historia nos enseña que la humanidad avanzó en construir una civilización científica y tecnológicamente más desarrollada, producto de nuevos conocimientos y deseos de superación de las personas y la sociedad, buscando una más cómoda y mejor calidad de vida.