Lecciones electorales

Se vuelve imperativa una reforma legal que establezca que alcaldes y prefectos deben ser elegidos con al menos el 40 % de apoyo en primera vuelta
Concluyeron las elecciones del pasado 5 de febrero, incluyendo denuncias de supuesto fraude electoral. La política como actividad social es dinámica, cambiante, mucho más en el Ecuador, donde no existen partidos políticos orgánicos que agrupen a sus afiliados por tesis doctrinarias o programas de gobierno coherentes y definidos.
Si algo es destacable del proceso electoral es la fragmentación política producto de la exagerada cantidad de movimientos políticos a nivel nacional, provincial o cantonal, creados con fines electoralistas, sin que exista un control de los organismos electorales que impida que subsistan agrupaciones con apoyos mínimos, que continúan recibiendo financiamiento fiscal para sus campañas, lo cual parece un buen negocio.
Se vuelve imperativa una reforma legal que establezca que alcaldes y prefectos deban ser elegidos con al menos el 40 % de apoyo en primera vuelta, de lo contrario debe haber una segunda vuelta, al igual que en la elección presidencial. No se justifica que se elijan autoridades con el 20 o 25 % de votos; en una democracia debe reflejarse la expresión de las mayorías. En esta elección los ausentes y votos nulos o en blanco superaron el 30 % que no votaron por nadie y serían los ganadores.
El pronunciamiento popular es un fuerte llamado de atención al presidente Lasso; el partido CREO que gobierna tuvo un respaldo inferior al 10 % del electorado. No ha construido liderazgo, gobernabilidad, credibilidad, eso explica la respuesta a su inconsecuencia con el mandato popular que lo eligió votando en contra de la opción correísta, que lo obligaba a conformar un gobierno amplio, con personas experimentadas y capaces que lo apoyaron, y no limitarse a gobernar con amigos cercanos y adulones de turno.
La revolución ciudadana se recuperó y captó un 30% del electorado, ganó las alcaldías y prefecturas en las dos principales ciudades y provincias del país, aunque el rechazo a esa corriente política sigue siendo mayoritario. No se votó contra las preguntas de la consulta, el NO es de rechazo al proponente.
Las elecciones también reflejaron una tendencia a renovar cuadros electorales.