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Movilizaciones y realidades políticas

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Esta situación contribuye al aumento de la inseguridad, a desencuentros sociales, al rebrote de diásporas migratorias de compatriotas...

La pugna política entre Gobierno y oposición, incluyendo troles en redes sociales, ha crecido el riesgo país. Esta divergencia está alejada de la mayoría silenciosa de ecuatorianos que aspiran se prioricen objetivos nacionales que convoquen a construir un mejor país. Unos y otros olvidan la sabia frase de Montaigne: “las palabras pertenecen la mitad a quien las dice y la otra mitad al que las escucha”.

Esta situación contribuye al aumento de la inseguridad, a desencuentros sociales, al rebrote de diásporas migratorias de compatriotas que han perdido la esperanza de tener un trabajo digno en su patria. Es verdad que el actual gobierno heredó complejos problemas éticos, políticos, económicos, sociales, delincuenciales; su elección fue producto de la convergencia de ciudadanos que votaron contra el retorno del socialismo del siglo XXI. Ese innegable hecho le imponía gobernar transparente y sinceramente con personas experimentadas o especializadas en las distintas áreas de la administración pública. Optó por hacerlo con amigos y partidarios de CREO, incluso enfrentó al aliado político que lo ayudó a llegar a segunda vuelta. Ahora afronta un posible juicio político jurídicamente forzado, que por el bien del país ojalá ponga en evidencia a funcionarios o exfuncionarios vinculados a la delincuencia organizada.

El presidente Lasso tiene una elevada impopularidad. En la última elección obtuvo con su grupo político menos del 10 % de votos, creció a la oposición: correísmo y Pachakutik, aunque el mayor porcentaje fue de votos nulos, blancos y ausentes. Perdió una Consulta muy difícil de perder, con preguntas sugestivas, que fue apoyada por ciudadanos que no responden a políticas partidistas.

 La Conaie agrupa a comunidades indígenas y resolvió realizar movilizaciones que generan rechazo. Todavía están frescos los condenables episodios de octubre de 2019 y junio de 2022; el país necesita tranquilidad. Protestar pacíficamente es un derecho en democracia, no lo es utilizar la violencia e irrespetar derechos humanos de terceros, de trabajar y transitar libremente. Alentar la polarización política perjudica a todos.