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Ocaso de las ideologías

Avatar del Medardo Mora

Las ideologías posibilitan conocer ideas, creencias, modos de pensar y actuar de una persona que la identifica e individualiza

La mayoría de candidatos presidenciales afirman que el país no requiere propuestas ideológicas, sino buscar consensos para enfrentar los complejos problemas existentes. Descartan que sus candidaturas respondan a una tesis doctrinaria, esquivan definirse como de derecha, de centro o de izquierda.

Las ideologías posibilitan conocer ideas, creencias, modos de pensar y actuar de una persona que la identifica e individualiza, el sustento de las ofertas y objetivos que persigue un dirigente político, saber cuáles son sus metas o propósitos, cómo solucionaría las dificultades existentes. Se podrá argumentar que las preocupaciones actuales son concretas: inseguridad, desempleo, caros o mediocres servicios públicos, trámites administrativos engorrosos, pero esa es una postura aceptable si la pregunta es a un ciudadano de a pie, que si es de extrema izquierda o extrema derecha, respondería que sus vínculos son con la extrema pobreza, las injusticias, el costo de vida, la falta de protección.

Es verdad que la retórica izquierda-derecha originada en la Revolución francesa del siglo XVIII, referida a la ubicación que tenían en la Asamblea Legislativa los que de posición moderada y los intolerantes jacobinos que antepusieron sus ideas radicales a las realidades vivía el pueblo francés, son parte del pasado, pero las ideas que impulsaron este histórico hecho que desmontó privilegios de la monarquía, del clero y del feudalismo, siguen siendo parte del debate universal. Incluso el radicalismo que guillotinó a quienes no estaban de acuerdo con ellos, se constituye en el antecedente del autoritarismo que rigió en la Unión Soviética con la revolución de los bolcheviques y que actualmente pretenden imponer los ‘socialistas del siglo XXI’.

América Latina se enfrenta a la disyuntiva de defender la democracia sustentada en un régimen de derecho que respeta la propiedad, la libertad de expresión y de cultos, tolerante con las ideas ajenas, u optar por gobiernos autoritarios que anteponen los intereses de la élite gobernante a las necesidades del país, que desconocen derechos humanos, la igualdad sustentada en la ley, la fraternidad social.