Premium

Optimismo para el 2023

Avatar del Medardo Mora

Hay que conocerse, saber para qué estamos preparados y para qué no. Nadie es más feliz que aquel que está contento con lo que es y tiene.

La situación del país analizada sin sesgos, afectos o desafectos, no es para sentirse tranquilos ni satisfechos. Un nuevo año invita a reflexionar sobre lo que quisiéramos hacer y convertir propósitos en alegres realidades. Eso demanda optimismo, no como propensión a juzgar las cosas por el lado más favorable; exige voluntad y constancia para conseguir lo deseado.

Nada estimula más que tener sueños. Los anhelos espirituales son humanamente motivadores cuando son acompañados de principios, virtudes, ideales; no salpicados por la ambición de lograrlos como sea, mintiendo, abusando, cometiendo actos ilícitos. Sinceridad y honestidad son premisas insustituibles para sentir la satisfacción del logro alcanzado, lo contrario es incorrecto.

Nada duradero se obtiene sin esfuerzo, sin sacrificio; lo valioso y gratificante es que lo obtenido sea producto de un trabajo digno, honorable, lograrlo con nuestros conocimientos o habilidades. No es un asunto cuantitativo. No somos sabelotodos, podemos tener aptitudes o vocación para algún tipo de labor y ser inútiles para otras. Hay que conocerse, saber para qué estamos preparados y para qué no. Nadie es más feliz que aquel que está contento con lo que es y tiene.

No hay caminos sin barrancos, nos enseñó Cervantes. Hay que levantarse de los tropiezos y continuar hacia la meta trazada, confiar en uno mismo.

La clase política, salvo excepciones, ha demostrado que solo busca satisfacer vanidades o ambiciones personales o de grupo; olvida que su deber es atender necesidades de la población y mejorar su bienestar. No existen planes gubernamentales que convoquen a unirnos por objetivos nacionales. Emigrar es una opción de muchos ecuatorianos.

Para mantener encendida la llama del optimismo debe haber transparencia en quienes gobiernan, menos impunidad, que se recupere lo robado, seguridad social confiable, oportunidades de trabajo, apoyo prioritario a pequeños y medianos productores agropecuarios, acuícolas y pesqueros; servicios básicos confiables y a buen costo, más atención en salud y vivienda, mejor educación, carreteras en buen estado. Hechos y no palabras.