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La producción y sus costos

Avatar del Medardo Mora

El drama del pequeño productor es que sus precios de venta no crecen en igual porcentaje que sus costos de producción, volviendo difícil su supervivencia

El Ecuador sigue siendo agroexportador, posee además una riqueza marítima que incrementa sus bienes exportables, lo cual tiene mucha importancia si se considera que es un país dolarizado que necesita fortalecer su economía con el ingreso de dólares que posibiliten mantener la dolarización.

Sin duda el dólar contribuyó a la estabilidad monetaria e impidió el desborde de la inflación, esa fue la razón para establecerla como moneda de circulación nacional; pero al mismo tiempo, al ser una moneda emitida en un país donde el ingreso promedio de las personas es alrededor de 4 veces más, incide localmente en costos de producción que afectan a los sectores productivos primarios radicados en el campo, que producen bienes para consumo interno, pues mientras los insumos importados aumentan de precio de acuerdo al mercado internacional, el precio de los bienes de quienes se dedican a la cría de ganado y producen carne o leche, o cultivan productos en pequeñas cantidades, está estancado. El drama del pequeño productor es que sus precios de venta no crecen en igual porcentaje que sus costos de producción, volviendo difícil su supervivencia. Aquello demanda de los organismos del Estado encargados del área agropecuaria que busquen paliar esa situación que los está empobreciendo progresivamente, convirtiéndolos en sectores de creciente pobreza en el país.

Es claro que quienes cultivan bienes exportables, incluyendo sembradores de camarones en piscinas, tienen a su favor vender sus productos en dólares en el mercado externo y con esos dólares financian costos de producción, en especial cuando exportan directamente sus productos. Hay que apoyar a quienes venden sus productos en el país con créditos a bajo interés y largo plazo. El actual gobierno ha emprendido en un programa de crédito de hasta U$ 5.000 al 1% de interés anual, que favorece a microproductores, pero un real apoyo a un consistente fomento a la actividad productiva en el agro demanda ampliar ese monto, aunque el plazo se disminuya a unos 10 años y el interés suba a un 5 % anual. Adicionalmente hay que masificar programas de riego.