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Modesto Apolo: De delincuentes y cómplices

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Exigir a sus líderes prófugos que devuelvan la plata del pueblo

La cadena de radio del Presidente Noboa en radio Sucre desencadenó una polémica y confrontación abierta entre Ejecutivo y Legislativo, pugna de poderes que siempre ha estado presente, desde que retornamos a la democracia en 1979.

En alguna entrevista el expresidente Osvaldo Hurtado manifestaba: “el Ejecutivo, los jueces, el Legislativo toman decisiones en favor de intereses particulares. La pregunta es: ¿y el interés popular?”.

El Dr. Rodrigo Borja sobre los pecados de la clase política ecuatoriana manifestaba: “Vagancia, pereza, egoísmo, corrupción, irresponsabilidad y otros más, son los 7 pecados capitales de la mal llamada política ecuatoriana; mientras esto persista, las cosas no marcharán bien…”.

Las pugnas siempre existieron, pero lo que sí se tenía claro es que el enemigo común era la delincuencia. Así fue como en el gobierno de Febres-Cordero el escuadrón volante contra la delincuencia común y el ejército contra la guerrilla de Alfaro Vive Carajo combatieron a sangre y fuego, permitiéndonos por 20 años, ser considerados una isla de paz; hasta que en Montecristi se crearon las condiciones para que se instaure la narcodelincuencia internacional, parapetada en movimientos subversivos de izquierda, como las FARC, a las que el correísmo dio cabida para su campamento en Angostura, iniciándose el proceso de dejar de ser la isla de paz y pasar, de a poco, a ser el paraíso del crimen organizado, con estructuras políticas, jurídicas y judiciales, e infestando las autoridades de control.

Los pactos no son malos, siempre que no sean contra la seguridad, la estabilidad económica y la vida de los ecuatorianos.

Lo primordial es identificar a los responsables de que el Ecuador sea el paraíso de la delincuencia organizada, y sepultarlos en las urnas, negándoles el voto a sus candidatos y forzando su desaparición. Exigir a sus líderes prófugos que devuelvan la plata del pueblo.

No nos dejemos distraer del objetivo primordial, que ellos y sus compinches sean juzgados, sentenciados y encarcelados por lo que son: vulgares delincuentes, y sus cómplices, sus electores.