El que se pica pierde
"En lugar de reconocer y enmendar el error estratégico, Pérez incurre en el berrinche del voto nulo, sin importarle, aparentemente, favorecer al correísmo"
Estamos a semanas de la segunda vuelta electoral, en la que escogeremos entre dos modelos de gestión, representados estos por los candidatos Arauz y Lasso.
Arauz, representante del correísmo y de todo lo que aquello significó. En lo político, opresión; en lo económico, hambre y desempleo; en lo social, inseguridad, drogas, sicariato y delincuencia incontenible, características que, padecidas por la población, las encontramos en los titulares o crónicas de los diarios nacionales.
Lasso surge del empresariado, del sector financiero, cuya carta de presentación es la de provenir de una familia de clase media, no exenta de las dificultades económicas, pero en la cual la manera de superarlas es con trabajo esforzado, siendo cautos en los gastos y reinvirtiendo los recursos para incrementar las oportunidades en busca de la prosperidad económica, como medio de tranquilidad familiar. En resumidas cuentas, un modelo de trabajo, crecimiento y prosperidad.
En la segunda vuelta de 2017 nos encontrábamos en similares circunstancias que la actual, en la que la voluntad mayoritaria fue contra Correa, mas el resultado lo conocemos y vivimos todos. Se votó en contra de Correa, pero el CNE declaró ganador a Moreno, representante del correísmo, es decir, lo mismo. En dicha época Yaku Pérez y Lourdes Tibán declaraban: “Preferimos votar por un banquero que por Correa”; sin embargo, hoy que el CNE otorgó el tercer lugar a Pérez, la Conaie resentida adopta la postura del voto nulo, beneficiando indirectamente al correísmo otra vez.
Pérez se equivocó en la pelea, ya que debió unir esfuerzos con Lasso exigiendo al CNE y al TCE, la descalificación de la candidatura de Arauz, ante las graves denuncias de aportaciones de la narcoguerrilla a su campaña; lo cual habría puesto automáticamente en segunda vuelta a Lasso y Pérez. En lugar de reconocer y enmendar el error estratégico, Pérez incurre en el berrinche del voto nulo, sin importarle, aparentemente, favorecer al correísmo, el que lo maltrató a él, a su pueblo y deportó a su mujer, dando cabida al viejo pero sabio refrán: “el que se pica pierde”.