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Modesto Gerardo Apolo | Del arte a la cultura

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Ojalá y si en un futuro adquirimos la cultura de vivir en comunidad, tomemos consciencia...

Mucho se ha hablado de que el arte como expresión, en la mayoría de los casos, genera cultura y que la cultura en términos locales, y/o nacionales, está llamada a generar identidad, empatía y sentido de pertenencia dentro de una comunidad.

El arte identifica y une a los pueblos y etnias cuando se reconocen y aceptan las diferencias y se las considera elementos importantes en la construcción de identidad.

En días pasados concurrí al Museo Municipal, donde se presentaba una exposición denominada Mi gente de ébano, de la artista Alice Trepp: esculturas que representan las diversas actividades de la población afroecuatoriana vista desde la cotidianidad.

Guayaquil es un crisol de la nacionalidad ecuatoriana, donde el costeño, serrano, insular y oriental, etc., han hecho de esta ciudad su segundo hogar, identificándola como el lugar donde prosperar. Es lamentable que algunos políticos en lugar de construir identidad de esta amalgama cultural hayan propugnado divisionismo a más de regionalismo, evidenciados con refranes como aquél: “en la sierra minga y en la costa pinga”.

Nunca es tarde, y aprovechando oportunidades como las fiestas Fundacionales de Guayaquil, las cuales estamos próximos a celebrar en el mes de julio, justamente, con actividades como las desarrolladas por el denominado Salón de Julio, el que en esta oportunidad, desde la visión de la pintura divergente, la cual no solo implica una disrupción en la tradición y una revisión crítica del entorno social, rompiendo los individualismos, genera identidad, sentido de comunidad y pertenencia a través de la pintura, escultura y las artes escénicas.

Ojalá y si en un futuro adquirimos la cultura de vivir en comunidad, tomemos consciencia de que si logramos una comunidad, segura y próspera, los miembros que integramos la misma estaremos gozando de seguridad y prosperidad. Para lograrlo, actividades como las del Salón de Julio deberían ser permanentes, para desde el arte, en sus diversas manifestaciones, pictóricas, teatrales, musicales etc., poder construir cultura, identidad y pertenencia en la comunidad.