Modesto Gerardo Apolo: Cortes al tacho de la basura
La instauración del sistema eléctrico interconectado proporcionó a la mayoría de la población ecuatoriana energía eléctrica
El problema energético nos obliga a analizar desde la historia y la comparativa con Colombia y Perú; y determinar si lo más conveniente para asegurar el abastecimiento de la energía eléctrica a la ciudadanía es la participación pública, la privada y/o la alianza público privada.
En la ciudad de Loja, el establecimiento de la Sociedad Luz Eléctrica, el 23 de abril de 1897, tuvo como corolario a la ciudad de Loja con energía eléctrica a partir del 1 de abril de 1899.
En Guayaquil, en 1895 se dio el primer intento por establecer una empresa generadora de luz y fuerza eléctrica, creándose la Guayaquil General Electric Company, con técnicos extranjeros que realizaron los estudios de factibilidad y concluyó con la creación de la Empresa Eléctrica de Guayaquil, Emeleg.
La instauración del sistema eléctrico interconectado proporcionó a la mayoría de la población ecuatoriana energía eléctrica, pero también inauguramos cortes de energía, proliferando los apagones.
En las grandes ciudades, polos industriales y comerciales donde la energía era constante y continua gracias a las empresas eléctricas del sector privado, se convirtieron en fuente de trabajo y riqueza; sin embargo, hoy son las más golpeadas gracias a la estúpida decisión política que reservó la generación de energía, exclusivamente al sector público estatal, el que, generalmente, adolece de corrupción, problemas financieros, improvisación y falta de mantenimiento, tal como se evidenció en gran parte de los tres gobiernos pasados.
Hoy nos preguntamos, ¿por qué Colombia y Perú no sufren apagones, ya que ellos también sufren en mayor o menor grado estiajes? En Colombia el 60 % de la generación eléctrica la realiza el sector privado y en Perú el 88 % ; no dejan al azar, ni a la improvisación la generación eléctrica, procurando generar el servicio en óptimas condiciones, a precios competitivos.
Aprendamos de la historia y demos oportunidad al sector energético privado, echando los apagones, gracias al populismo corrupto e ineficiente, en el tacho de la basura.