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Modesto Gerardo Apolo | ‘Fake news’ y sensacionalismo

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El sensacionalismo en la prensa escrita y las ‘fake news’ en las redes sociales tienen motivaciones económicas y/o políticas

El reciente debate entre Donald Trump y Joe Biden, a finales del mes pasado, donde las opiniones a favor y en contra, se viralizaron, reactivó la controversia sobre la utilización de noticias falsas, denominadas ‘fake news’, en redes sociales; así como el sensacionalismo, denominado amarillismo en la prensa tradicional; cada una procurando el mayor número de reproducciones e impacto emocional, para aumentar las ventas y/o los ‘likes’, prácticas realizadas a nivel mundial, como fue la primera campaña del expresidente Donald Trump, así como la utilizada en el Brexit para la salida del Reino Unido de la Comunidad Económica Europea.

La realidad es que en ambos casos la veracidad de la información estuvo comprometida por la manipulación de la información, por las ‘fake news’ y el sensacionalismo, para sobreexcitar las emociones en los votantes, contribuyendo a la polarización social. Esa manipulación también realizada en el Ecuador por troles y un medio digital altamente cuestionado, conforme lo denunciara el Gobierno y una de las hijas del difunto Fernando Villavicencio, referente al caso del magnicidio de su padre.

El sensacionalismo en la prensa escrita y las ‘fake news’ en las redes sociales tienen motivaciones económicas y/o políticas, en la mayoría de los casos, ya sea para favorecer o para perjudicar a un grupo político, autoridad nacional o seccional, etc.; prácticas en las que a veces se rebasan los límites éticos, al convertirlas en herramientas de chantaje, como en el caso de la publicación denominada Censura, de Pancho Jaime, en la década de los ochenta; y en la actualidad, cierta prensa en redes sociales señaladas al servicio de la narcopolítica.

En esta época de troles, noticias falsas (‘fake news’) por redes sociales y amarillismo en la prensa escrita, el rol de la prensa tradicional es el de ser el reducto al cual recurrir para determinar si una noticia es verdadera o falsa; caso contrario, la prensa habría perdido su razón de ser, al haber sacrificado la verdad, manipulándola a propósito, dando a veces la sensación de que la verdad se adecua al precio del interesado.