Modesto Gerardo Apolo | Pitufeo del secuestro
¿Qué hacer para minimizar el riesgo de ser un objeto de secuestro?
Recientemente en redes sociales, y en medios de comunicación tradicionales, han proliferado las noticias sobre secuestros realizados a personas de clase media, pequeños emprendedores, pequeños comerciantes y artesanos.
Muchos se preguntarán si tiene o no sentido esta práctica, “el Pitufeo del secuestro”. En realidad dicha práctica revela que las acciones tomadas por el gobierno en la lucha contra las organizaciones delincuenciales terroristas han causado mella en el negocio a gran escala que les significaba el tráfico de drogas, la extorsión, el secuestro de personajes denominados VIP, lo cual los obliga a redirigir sus ataques a segmentos más vulnerables por contar con menos resguardo, aquellos que en la práctica poseen el dinero en casa o el negocio, de manera tal que lo veloz de la transacción minimiza el riesgo de captura y asegura el éxito de la operación.
Los montos del rescate solicitado varían entre los $500, $1.000, hasta llegar a los $5.000 dólares, de manera que la operación sea rápida, tratando de minimizar los riesgos de tener que enfrentar a las fuerzas del orden, con una permanencia prolongada del secuestrado. Como se trata de un negocio, le apuntan a la economía de escala, con el “pitufeo” varios secuestrados, con rescates de poca monta, cuya sumatoria les permita lograr el cupo diario establecido. Pero ¿qué se entiende por pitufeo?. En jerga popular, se entiende por pitufeo al fraccionamiento o división en pequeños montos, las transacciones aparentemente aisladas, realizadas con distintos nombres para no levantar sospechas, pretendiendo pasar desapercibidos.
¿Qué hacer para minimizar el riesgo de ser un objeto de secuestro? Lo primero es no ostentar en redes sociales sobre capacidad económica, lujos, etc. Lo segundo, organizarse en el barrio, creando una suerte de grupos de autodefensa comunitaria de manera tal que en la práctica se convierta en realidad aquello de que el pueblo unido jamás será vencido. Y por último, denunciar el hecho a las autoridades, siendo la forma efectiva de colaborar en esta guerra interna contra la delincuencia organizada.