Modesto Gerardo Apolo | ¿Cuándo y cómo la recuperamos?
Cada dólar robado representa menos hospitales, escuelas y oportunidades para las personas más vulnerables
Para aquellos entre los 20 y 25 años de edad la figura del Dr. Vladimiro Álvarez Grau y su frase “¿dónde está la plata?” han pasado a ser casi un mito urbano.
Traigo a colación aquello porque en las últimas elecciones los candidatos presidenciales y a la Asamblea presentan un abanico de propuestas de índole económica, seguridad, salud, educación, lucha contra la impunidad y el crimen organizado. Sin embargo, ‘curiosamente’, el gran ausente es la recuperación de los dineros distraídos de la caja fiscal por actos de corrupción, lo cual plantea serios interrogantes del compromiso real de los aspirantes con la transparencia y la justicia.
Por la corrupción, millones de dólares son desviados de las arcas públicas a manos privadas, agravando la pobreza, la desigualdad. Ante tal realidad, cabría esperar que los candidatos presidenciales y al Legislativo incluyeran en sus agendas políticas estrategias claras para recuperar los fondos robados. Pero, sorprendentemente, esto no ha ocurrido en la presente campaña electoral.
Esta ausencia del ánimo de recuperar estos recursos podría reflejar una falta de interés en combatir la corrupción de manera integral. Podría ser también indicio de complicidad o tolerancia hacia quienes se han beneficiado de estos actos ilícitos. Por último, tal silencio podría responder a un cálculo político, para evitar enfrentarse a poderosos grupos o individuos que podrían haber financiado sus campañas.
Cada dólar robado representa menos hospitales, escuelas y oportunidades para las personas más vulnerables.
Sacar del debate la recuperación del dinero robado envía el mensaje de que robar del erario público tiene pocas consecuencias. Esto no solo incentiva nuevos actos de corrupción, sino que también mina la fe de los ciudadanos en el sistema democrático. Por lo tanto, la omisión de este tema en las campañas políticas es una señal de alerta que debería encender las alarmas en el electorado.
Por lo que, a más de la incógnita de “¿dónde está la plata?”, parafraseando al Dr. Vladimiro Álvarez Grau, cabe preguntarse también: ¿cuándo y cómo la recuperamos?