Modesto Apolo: País polarizado
La polarización considerada como contradictorios es la base de la lucha racionalizada de las ideas
Muchos analistas vienen manifestando que el país, en lo político, está polarizado.
No se refieren a la arcaica polarización de izquierda y derecha, concebida bajo la óptica marxista; sino que la centran en la radicalización entre el correísmo y el anticorreísmo en el país.
Discrepo con dicho punto de vista, porque de coincidir con ello caería en el juego de los revolucionarios del siglo XXI, que sabiéndose en franca decadencia vienen cacareando la supuesta persecución política, tratando de implantar la percepción de ser sujetos de ataques constantes y continuos, victimización que convierten en fundamento y ‘prueba’ de la supuesta e hipotética agresión y persecución política.
La realidad es que el Ecuador sí está polarizado, pero no en lo político partidista, ni siquiera en lo ideológico, porque no existen 240 ideologías que puedan sustentar, en lo político y/o económico, a 240 organizaciones políticas, entre movimientos y partidos.
La población está dividida o polarizada, por un lado, entre quienes están a favor de la inseguridad, corrupción, impunidad; anarquía generada por la delincuencia organizada, verdaderas corporaciones internacionales del crimen organizado, GDO, protegidos por sus operadores políticos. Por otro lado estamos quienes repudiamos que la sociedad, el Estado y el país estén secuestrados por la delincuencia supranacional y su operador político en la Asamblea.
La polarización considerada como contradictorios es la base de la lucha racionalizada de las ideas, teorías y principios, llevándolas a su transformación.
Bajo tal línea de pensamiento, la polarización que el Ecuador vive en la actualidad, en los diversos modelos de interacción política y social, confrontada con la necesidad de alcanzar el bienestar comunitario, debería llevarnos a replantearnos la urgencia de recuperar la institucionalidad de los diversos estamentos políticos y fomentar los valores comunitarios en busca del bien común, en lugar de privilegiar intereses particulares, políticos y/o delincuenciales.
Ese debería ser el objetivo a lograr en una polarización positiva.