El responsable

"¿Cómo es posible que siendo la corrupción uno de los puntos más sensibles en la actualidad, existan candidatos que busquen ser elegidos a ciertas dignidades o ser reelectos, en algunos casos, pese a encontrarse inmersos en acusaciones y/o procesos por corrupción?"
Estamos de cara a un nuevo proceso electoral repleto de grandes dudas en cuanto a su imparcialidad y transparencia, por la inscripción de algún candidato presidencial que presentó la cédula de un tercero, así como la inscripción de última hora de otro, auspiciado por el movimiento afín a Correa, aquel al cual, el hoy candidato, denominaba por televisión “desgraciado”.
¿Cómo es posible que siendo la corrupción uno de los puntos más sensibles en la actualidad, existan candidatos que busquen ser elegidos a ciertas dignidades o ser reelectos, en algunos casos, pese a encontrarse inmersos en acusaciones y/o procesos por corrupción? Lo peor es que existan ciudadanos dispuestos a votar por dichos personajes y luego se quejen de los resultados desastrosos en el desempeño del ejercicio público.
Lo descrito me recuerda una anécdota que me contaba mi padre, la cual se había desarrollado hace 50 años, en la recepción del cónsul norteamericano. Dentro de la conversación, uno de los compatriotas invitados le comentaba al cónsul sobre un personaje de la política que había sido elegido en cinco oportunidades, manifestando: “Qué bárbaro este señor, ser cinco veces presidente...”. A lo que el cónsul le respondió: “el bárbaro es el pueblo que lo eligió las cinco veces…”. En ambos casos encontramos elementos que convergen a un resultado incoherente e inconveniente; el primero de los elementos es la poca valoración y su peso real del voto y su incidencia en los cuatro años siguientes en nuestras vidas; y el segundo, es el votante irresponsable al momento del sufragio. Al respecto, continuamente me pregunto: ¿por qué razón al momento de elegir gobernantes no se lo realiza de manera racional, como lo hacemos ante una enfermedad terminal, escogiendo al mejor médico especialista? El voto irracional es como si quien tiene que ser operado de corazón abierto elige un carnicero en lugar de un cirujano cardiovascular. La descrita es una decisión de vida, al igual que lo es la elección de gobernantes; de dicha decisión y sus consecuencias debemos asumir nuestra responsabilidad ante nuestros hijos y la sociedad.